Talamanca estaba atestada de basura el miércoles por la tarde. Un poco de viento y la marea ha sacado a la orilla parte de la porquería que desde los numerosos barcos que fondean en la bahía se arroja al mar, convertido en un vertedero por el incivismo de muchos. Si esa es la punta del iceberg, no queremos imaginar cómo está el fondo.