Dani Nel·lo (Barcelona, 1967), saxofonista y compositor, lleva sobre los escenarios desde los 17 años, cuando se integró en el grupo Los Rebeldes. Los Mambo Jambo, banda instrumental de rythm and blues, rock and roll, surf y swing que evoca el sonido de los años 50 y 60, es uno de los diversos proyectos musicales en los que milita en estos momentos y con el que se subirá esta noche, pasadas las once, al escenario del ´Eivissa Jazz 2014´.

-¿Qué hace una banda como la suya en un festival como este?

-[Ríe] Hacemos un tipo de música que sale del rhythm and blues de los años 50, del rock and roll, del surf y del swing. Pivotamos sobre estos estilos, no hacemos jazz, evidentemente, pero esas músicas tienen la misma raíz, que viene de la música afroamericana de los años 50 y se desarrolla hasta nuestros días. Hoy en día en los festivales de jazz se tocan muchos estilos. ¡Hasta te puedes encontrar a Sting!

-¿Dónde está el límite?

-En la raíz, siempre que haya una raíz común. Nosotros hacemos entre un diez y un quince por ciento de versiones, todo el material es nuestro excepto cuatro o cinco temas, y tienen mucho que ver: ´Buttermilk´, de Red Holloway o ´Saint Louis blues´, de W. C. Handy. La raíz está muy clara. No somos un grupo de revival de ese sonido de los años 50 y 60. Somos continuadores, estamos en la tradición de esa música, pero no hacemos revival.

-Ahora está de moda lo de echar la vista atrás.

-Nosotros somos cuatro y llevamos más de 20 años basándonos en este tipo de música. A veces hay un agotamiento de la música comercial, de la novedad por la novedad, hay todo un debate ahora con lo retro.

-Ahora hay mucha gente por la calle que lleva su look.

-Hemos vivido eso varias veces. La moda es oscilante, se acerca a los años 50, luego se aleja... Igual pasa con todas las décadas que han marcado la música popular del siglo XX, con los 60, los 70 y ahora con los 80. El fenómeno retro es cada vez más recurrente.

-¿Qué es eso del sonido jambofónico?

-Decimos jambofónico para ahorrarnos explicaciones.

-Me da que no se las va a ahorrar.

-No pasa nada [ríe], es una fórmula en la que se mezcla rhythm and blues, el rock and roll, el swing y la música surf.

-¿Cómo llega usted a esos sonidos?

-Los cuatro llevamos toda la vida escuchando este tipo de música. Nos hemos encontrado en un momento de nuestra carrera, llevamos entre 25 y 29 años tocando, en el que no tenemos que demostrar nada. Queremos tocar, pasarlo bien y recrearnos en la música instrumental, que no necesita de más mensaje que la música. Queríamos hacer música instrumental. Cada uno usa su instrumento como si fuera su voz.

-¿La letra a veces despista?

-No es eso, se trata de maneras diferentes de aproximarse a la música y el jazz, que en su mayoría es instrumental. A nadie se le ocurriría preguntarle a Charlie Parker o Joshua Redman por qué no hacen música cantada.

-¿Querer demostrar algo no es un buen motivo para subirse a un escenario?

-No. Las primeras veces quedábamos simplemente para tocar y pasarlo bien. Nos motivaba muchísimo y salíamos como locos del local de ensayo, así que dijimos: «Hombre, esto se lo tenemos que enseñar al mundo, lo tenemos que compartir». Ese es uno de los factores claves de Mambo Jambo, esa energía que tenemos fuera de la música y que nos motiva y nos hace subir al escenario para coger el testigo de esa música de rythm and blues y rock and roll de los años 50 y 60, transformarla y llevarla al siglo XXI.

-¿Esa energía que tienen fuera del escenario se nota en el escenario?

-Totalmente, subimos al escenario, jugamos con la música para nosotros y lo compartimos con el público, sino, no tendría ningún sentido.

-Jugando con la música...

-Sí, supongo que eso dice mucho, no deja de ser un juego del que disfrutamos mucho.

-Compone, pero también escribe. ¿Esas dos formas de creación se parecen?

-Cualquier forma artística o creativa tiene la misma raíz: evocar un ambiente, una sensación, una textura... Da igual si es a través de la música, de la literatura, del teatro o como sea. En Mambo Jambo componemos todos. En esos tres minutos y medio que dura un tema intentamos evocar una sensación, un ambiente, como una postal. Que entre el título y esos tres minutos de música cualquiera se pueda montar una película.

-¿Es posible montarse una película en tres minutos y medio?

-Si está bien hecho, sí. Cuatro compases te pueden sugerir todo un ambiente, y en ocho puedes viajar de la playa a la jungla.

-Esa película no tiene por qué ser la que ustedes proponen.

-Claro, eso es lo grande de la música, que cada uno la interpreta de una manera diferente.

-Después de escucharles no tengo claro que sentados en una silla, como está el público en el Eivissa Jazz, sea la mejor manera de disfrutar de su música.

-Hemos tocado en varios festivales de jazz y ya nos hemos encontrado con esa disposición. La gente es libre de estar sentada o de pie, bailando. Eso responde también a qué hacemos en un festival de jazz. Que no sufran los programadores con nosotros porque entramos en un festival de jazz, de rock, de los 50...

-Actúan esta noche y da una master class mañana a las diez de la mañana. ¿Lo de los músicos que no madrugan es un mito?

-Los Mambo Jambo somos una banda madrugadora. Lo de la master class nos apetece muchísimo, nos ofrecimos porque nos gusta, pero no te negaré que las diez de la mañana no sea un poco justo.