La iglesia de Sant Rafel se quedó pequeña ayer para acoger el funeral de Josep Planells Bonet, Pep Negre, escritor y sacerdote que falleció el domingo en la residencia Reina Sofía a los 86 años. La unanimidad a la hora de destacar su «buen carácter» y la «gran pérdida» que supone su muerte, dan una idea de lo querido y respetado que fue hasta sus últimos días.

Antonio Marqués, expresidente de la Pimeef y residente en Sant Rafel desde hace 27 años, lo recordaba ayer como una «persona irrepetible». «Era todo bondad, nadie puede decir nada malo sobre él», subrayaba el empresario, que relataba que bautizó a su hija Tamara y que su familia siempre se ha sentido muy cercana a él.

El conseller de GxE, Juanjo Cardona, aseguró que lo conocía desde niño, cuando le dio sus primeras clases de solfeo y piano. «También fue mi profesor en Sant Rafel y, muchos años más tarde, nos alentaba en el movimiento antiautopista aunque él no se podía implicar personalmente», desvelaba. «Cuando en Sant Rafel ni siquiera había quiosco de prensa, Don Pep siempre tenía el Diario de Ibiza y estoy seguro de que la primera vez que leí el periódico fue uno suyo», decía en el porxo de la iglesia. Y es que, al igual que decenas de personas, a Cardona le fue imposible acceder al templo, completamente lleno una hora antes de que empezase el funeral, oficiado por el obispo de Ibiza Vicente Juan Segura. Éste hizo un sentido homenaje al sacerdote y escritor, recordando algunas anécdotas y algunos de los pasos de su larga carrera pastoral.

Muy cerca del porxo, el busto de su gran amigo Joan Marí Cardona hizo que estuviese de algún modo presente en la despedida de Pep Negre. Como recordó el presidente el Institut d´Estudis Eivissencs, Marià Serra, «Marí Cardona y Planells Bonet fueron amigos íntimos y un binomio de rafaelers brillantes en lo personal, lo humano y lo literario». En la misma línea, Miquel Costa, director de la Editorial Mediterrània, que publicó casi toda su obra, destacó la calidad de su poesía «sencilla y humilde». «Tuve la suerte de ser su amigo y su editor. Hacen falta más personas como él», subrayó.

Por su parte, el director de la Enciclopèdia d´Ibiza i Formentera, Felip Cirer, definió a Pep Negre como «un referente de la cultura ibicenca» que «siempre tuvo clara su apuesta por la lengua catalana» y que destacó «por su bonhomía y por tener siempre para los demás palabras de ánimo».

Y es que son centenares las personas que guardan buenos recuerdos del sacerdote. El empresario Juanito Dalias, Juan Marí, le rememoró con «enorme cariño». «Fui monaguillo con él en Sant Carles antes de ir a estudiar al seminario». «Era, sobre todo, un buen hombre», resumió.

El mismo pueblo que le vio nacer en 1928 le despidió ayer con cariño. No faltaron feligreses de las parroquias de Sant Vicent, Sant Francesc y Sant Carles, donde ejerció también como sacerdote. Autoridades como el presidente del Consell, Vicente, Serra; la consellera de Cultura, Pepita Costa; la alcaldesa de Sant Antoni, Pepita Gutiérrez, y numerosos concejales no faltaron al funeral. Tampoco Lucas Prats, presidente del Fomento y los exconsellers Marià Torres y Antoni Marí Tur Botja.