­Ocho biólogos del Instituto de Ciencias del Mar del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) instalarán dos redes antimedusas en es Jondal para crear zonas de baño libres de estos invertebrados y para recopilar datos que les ayuden a conocer qué factores intervienen en su proliferación. Ibiza es el único lugar de España donde se desarrollará esta prueba piloto, que se enmarca dentro del proyecto ´Jellyrisk´, financiado por la Unión Europea con 2,33 millones de euros.

«Queremos comprobar si estas redes son una herramienta idónea para la mitigación de estos animales , ya que no conocemos las ventajas ni tampoco los inconvenientes de este sistema», explicó la investigadora y bióloga Verónica Fuentes, la portavoz de España de este proyecto europeo que se desarrolla también en Túnez, Italia y Malta. En concreto, esta prueba piloto se llevará a cabo en diez playas de estos cuatro países.

La inclusión de Ibiza como uno de los puntos de esta iniciativa se debe a que un ingeniero de la empresa Itec, en Sant Antoni, Javier Roig, se puso en contacto con el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona el año pasado porque los empresarios de varios negocios de es Jondal le pidieron «una solución» para frenar la aparición de medusas en esta playa. «Busqué información sobre este tema y vi que el CSIC ya tenía un proyecto en marcha, así que me encargué de los trámites necesarios para traer este sistema a la isla», apuntó ayer Roig.

Para la investigadora del Instituto de Ciencias del Mar, la colocación de estas barreras y el análisis de su posterior funcionamiento representan un «desafío» debido a que se trata de una zona que está «muy expuesta al viento y con oleaje». Por esta razón, la investigadora y el resto de compañeros que se han desplazado a la isla cuidan hasta el más mínimo detalle. El pasado lunes comprobaron in situ el fondo marino, que en el caso de esta playa de Sant Josep está formado por rocas y arena, procedieron a la delimitación de los perímetros y a la marcación de las dos zonas en las que se instalarán las redes, que los expertos fijarán con unos anclajes ecológicos en el fondo del mar. El tamaño de las mallas que se colocarán en este enclave de Sant Josep es de 100 metros de longitud por 50 de anchura. «Es una zona pequeña, así que esta extensión es suficiente», afirmó Fuentes. El material procede de una empresa italiana especializada en mallas para contener celentéreos, que enviará a Ibiza las redes en módulos de 25 metros.

Aparte de crear una zona de baño libre para residentes y turistas, el fin de estas barreras es proporcionar datos a los investigadores sobre estos invertebrados para conocer las causas de su proliferación en el mar Mediterráneo, ya que «no están demostradas científicamente». «El fin del proyecto europeo ´Jellyrisk´ es determinar si el aumento de ejemplares de esta especie se debe a ciclos naturales que aún no entendemos o, por el contrario, es consecuencia de factores externos acelerados por la actividad humana, como por ejemplo la sobreexplotación pesquera», detalló Fuentes.

Por esta razón, para esta bióloga argentina, que trabaja en el CSIC desde 2007, es esencial recopilar el máximo de información posible sobre el número y tipo de medusas en las aguas del Mediterráneo para crear modelos predictivos que resuelvan el misterio de su proliferación.

Proyecto europeo | Una aplicación para localizar celentéreos en Platja d´en Bossa y en Talamanca

El proyecto europeo ´Jellyrisk´ también ha desarrollado ´Medjelly App´, una aplicación para móviles que alerta de la presencia de medusas en las playas y que ayuda a reconocer qué especie es y cómo actuar en caso de picadura. En el caso de Ibiza, los usuarios pueden obtener información de ses Figueretes, Talamanca y Platja d´en Bossa. «El servicios de salvamento de estas playas es el que proporciona los datos que ofrece ´Medjelly´, por lo que la formación de los socorristas es básica», cuenta Fuentes. Además, en el caso de que un usuario no sepa identificar una especie, puede enviar una foto a través de la aplicación. l. r. es jondal