La creación del Arxiu d’Imatge i So (Aisme) y la ubicación del Arxiu Històric de Eivissa (AHE) en el Ayuntamiento cumplen 25 años. Más de 4.000 metros lineales de estanterías solo de documentación histórica, 20.000 fotografías y unos 300 títulos de archivos visuales (entre documentales y películas) conforman parte de los tesoros de la historia de las Pitiüses que hoy se custodian en la sede de Can Botino.

Para preservarlos en buenas condiciones, gran parte de los archivos están en salas con deshumidificadores, alejados de la luz directa dentro de cajas de cartón con ph neutro y clasificados en carpetas especiales. Consultarlos forma parte fundamental de la tarea de historiadores, investigadores y estudiantes que preparan sus tesinas o doctorados con este material, pero, para acceder a ellos, tienen que cumplir algunas normas básicas de preservación como no llevar ningún recipiente con líquidos, ni siquiera agua, emplear lápices, nunca bolígrafos, no colocar papeles adhesivos en las páginas y no fotografiar con flash ningún documento. Tampoco está permitido hacer fotocopias de ciertos archivos históricos.

Pero, hoy por hoy, la lucha diaria de los archiveros ya no se centra tanto en evitar humedades y moho sino en tratar de frenar el ‘expolio’ incontrolado de imágenes del archivo, que circulan a través de Internet, especialmente por redes sociales, sin citar su procedencia y por supuesto sin mencionar a sus autores. «Un documento es público a partir de 70 años de existencia pero hay que respetar las peticiones al respecto de los donantes o de sus familias», explica Fanny Tur, directora del Arxiu. «Si ellos dan permiso para divulgar las imágenes no hay problema, pero el requisito mínimo es que siempre se tiene que citar al autor y la procedencia. Muchas veces se reproducen imágenes sin respetar los derechos de autor», lamenta Tur.

Los archivos de Narcís Puget, Domingo Viñets, Toni Figueretes, Chico Prats, Vicent Ferrer Guasch o Buil Mayral se pueden reproducir «siempre que se citen los nombres de los autores». En otros casos, como el del archivo Zerkowitz o el archivo Mas, «se pueden publicar pero tienen unos derechos de autor que debe pagar la persona que quiera editarla», advierte la archivera.

Así, salvo en casos muy puntuales, no hacen copias para uso privado (salvo para estudios de investigación). «Cuando nos piden copias para decorar un negocio o un establecimiento privado no se suele hacer», apunta Tur.

Robos ‘en red’

El Arxiu se ha encontrado con casos de particulares que piden fotos para uso privado que acaban colgadas en Internet sin respetar autoría y procedencia. Cuando detectan uno de estos casos automáticamente envían a la persona ‘infractora’ un escrito avalado por los servicios jurídicos de la casa. «Es un aviso el que se le informa de que pidió unas determinadas imágenes para un uso, pero al no haber cumplido lo pactado, y además no haber hecho constar ni autoría ni procedencia, le instamos a que lo rectifique», explica.

Colgar una foto en Facebook puede acarrear más problemas de lo que parece. «El archivo recibe cada colección con unas condiciones determinadas, como que se cite siempre al autor. Si nosotros, aunque no de forma directa, incumplimos estas condiciones, podemos tener problemas porque el donante nos puede exigir el retorno a la colección. En esto procuramos ser muy estrictos, sobre todo porque consideramos que hay que respetar la autoría de las fotografías», remarca la archivera.

Un poco de orden

El Arxiu Històric de Eivissa se creó oficialmente en los años 30 con un Real Decreto a instancias de Isidor Macabich, que fue el primer archivero. Cuando murió, el archivo se quedó sin titular. Pronto surgieron las voces, entre ellas de la Joan Marí Cardona, que denunciaron el estado de abandono de unos documentos tan valiosos.

Durante muchos años se sucedieron los intentos de organizarlo «y varias personas hicieron un gran trabajo, como Carmen Guasch, Ernest Prats o Jaume Lladó, entre otros. Pero, al no haber un archivero estable, todo el trabajo que hacían, magnífico, se quedaba en nada porque todo volvía a desordenarse», explica Fanny Tur, que obtuvo su plaza de archivera tras superar una oposición en 1987, cuando gobernaba Adolfo Villalonga Fajarnés. Tur recuerda que el proyecto de rehabilitación de unas dependencias municipales para ubicar el archivo fue del anterior alcalde, Joan Prats.

Los primeros trabajos se centraron en clasificar la prensa y en agosto 1987 ya se hizo una exposición sobre estas publicaciones. Ese fue el inicio de la hemeroteca actual. Prácticamente toda la prensa antigua (desde El Ebusitano a El Ibicenco, pasando por Diario de Ibiza o El Heraldo de Ibiza) es una donación de Bartolomé de Rosselló, impulsor, además, de muchas publicaciones. Su sobrino, Luis Llobet también donó numerosos títulos.

Dos años más tarde, el 22 de junio de 1989, se inauguraron las instalaciones del archivo histórico. «A partir de ahí se crea el Arxiu d’Imatge i So porque hasta ese momento no teníamos fotos. Lo primero que hicimos fue ir departamento por departamento del Ayuntamiento a requisar todas las imágenes que podían ser interesantes», recuerda Tur. Y es que el fondo municipal es una de las fuentes más importantes del Arxiu d’Imatge. Los departamentos de Urbanismo hacían fotos de obras de calles que permiten ver el antes y el después de muchos rincones de Ibiza. «La exposición ‘Eivissa i Formentera ahir i avui’ se nutrió de estos fondos», explica la archivera Fanny Tur. Alcaldía, por su parte, inmortalizaba actos institucionales, como la visita de Franco. Hoy todas estas fotos tienen un gran valor.

Otra parte importante del archivo de imágenes se nutre de donaciones de particulares, algunas anónimas. Estas aportaciones enriquecen año a año el Arxiu d’Imatge i So.

Lo más demandado

En el Arxiu Històric hay miles de documentos, comenzando por los más antiguos, relativos a la conquista de 1235. Pero si hay un tema estrella y que reciba siempre consulta es «todo lo relacionado con la Guerra Civil», admite Fanny Tur, que precisamente muestra en la pantalla de su ordenador pasquines electorales de la II República y los que se lanzaron sobre Ibiza durante la Guerra Civil.

«Es interesante porque, aunque hubo desmanes en ambos bandos, vemos por ejemplo en este pasquín [señala la pantalla] de cuando los republicanos ocuparon la isla, en el que advierten de que no se tolerarán represalias contra los fascistas y que habrá ‘estricta justicia, el gobierno de la república’. Siempre hubo milicianos descontrolados y grupos descontrolados pero al menos intentaron que se respetara», explica Tur, que precisamente escribió un artículo sobre este material para un número reciente de la revista Eivissa del Institut d’Estudis Eivissencs.

El archivo ha digitalizado recientemente los pasquines y también han recibido un ejemplar el tarjetón con el menú que se sirvió en el almuerzo que se ofreció en la visita de Franco a Ibiza en 1955, cuando vino a inaugurar las viviendas protegidas de Santa Margarita y a coronar a la Mare de Déu.

Este año, para celebrar el aniversario, no solo han presentado un nuevo logo sino que preparan varias muestras y centrarán sus esfuerzos en aumentar el archivo digitalizado y volcar en la red los fondos.