­Un año, un mes y seis días, el periodo que ha durado el corto mandato de Pilar Marí, ha tardado en estallar la bomba de relojería que se activó en el momento en que se produjo, a mediados del año pasado, el primer relevo en la alcaldía como consecuencia de la lucha cainita en las filas del PP y la actuación de Marienna Sánchez-Jáuregui en la contratación irregular de publicidad institucional. Paradójicamente, un año, un mes y seis días atrás Sánchez-Jáuregui votó a favor de que la número cuatro de su candidatura, Pilar Marí, tomara el bastón de mando, no sin que unos días antes, en otro pleno como el de ayer en el que la alcaldesa formalizaba su renuncia (pero no su salida del Ayuntamiento), le echara un rapapolvo.

Ayer se repitió la misma historia, pero Pilar Marí esta vez no se mordió la lengua y convirtió el debate en un auténtico ajuste de cuentas, en el que ambas se reprocharon «traiciones», «puñaladas por la espalda», «complots» y «contubernios», todo ello en el salón de plenos, donde se entiende que están representados todos los ciudadanos del municipio y que ayer parecía un ring de boxeo. Los concejales de la izquierda, el de EPIC y la ex de Cultura y Patrimonio, Lina Sansano, que ayer se estrenó en la bancada de la oposición, asistieron mudos y boquiabiertos al cruce de descalificaciones entre las dos últimas alcaldesas de la ciudad.

Sánchez-Jáuregui preparó a conciencia su discurso, que leyó con fuerza dando énfasis a los calificativos más duros. «Me avergüenza y entristece enormemente la actitud de estas cuatro personas que hoy dimiten de forma tan indigna», subrayó, apara agregar a renglón seguido que todos ellos (Pilar Marí, Rai Prats, Juan Mayans y Alejandro Marí) forzaron hace poco más de un año su dimisión con «traición, deslealtad, engaños y manipulaciones, movidos por solo por sus intereses particulares».

El efecto boomerang

A Pilar Marí le dedicó un epíteto con más veneno aún al calificarla de «usurpadora» por ser «parte esencial en el complot, montaje o paripé» que fue, según ella, la comisión de investigación del caso Prensa Pitiusa para echarla de Can Botino, «en un acto execrable y antidemocrático». «El tiempo me ha dado la razón y pone a cada uno en su sitio. La situación ha tenido un efecto boomerang», añadió en su discurso la primera alcaldesa del PP de este mandato.

Sánchez-Jáuregui pidió «perdón con mayúsculas» a los ciudadanos por haber confiado en los que fueron sus compañeros y, según ella, la traicionaron. «Les hemos defraudado. Desgraciadamente he de reconocer el fracaso», dijo, al tiempo que rememoró que el primer año de mandato fue «dificilísimo», pero el segundo, «después del congreso [del PP, en el que ella se puso del lado de Vicent Serra y el resto de concejales del PP, salvo Lina Sansano, del de José Sala ]», tenía que estar «pendiente de las puñaladas» que le venían «por la espalda». «Qué difícil es trabajar así y cuánto han perjudicado a los ciudadanos en su empeño por quitarme de enmedio», recalcó.

«Siento vergüenza de esta situación, por su catadura moral y la poca calidad humana demostrada por ustedes al manchar mi dignidad y honra así como la de mi familia», lanzó Jáuregui como colofón a su primera intervención a modo de traca final.

Pilar Marí trató de pararle los pies y desde el principio quiso dejarle las cosas muy claras: «Ni el tiempo le ha dado la razón ni ha habido ningún complot». Es más, la en ese momento aún alcaldesa de Vila le devolvió la misma acusación: «Ahora sí se puede hablar de complot», indicó Marí, que acusó al Periódico de Ibiza y Formentera de actuar en complicidad con Sánchez-Jáurefgui con la publicación de una mínima selección de los mensajes del grupo interno de whatsapp en los que, por ejemplo, Marí acusa a Vicent Serra de traicionarla. Pilar Marí amenazó con denunciar en los juzgados a este medio escrito del grupo Prensa Pitiusa porque los mensajes, aparte de estar «manipulados», según ella, se obtuvieron de forma «inmoral y posiblemente delictiva». «Ninguno de los siete concejales lo autorizó y eso es constitutivo de delito [de revelación de secretos]», añadió. Marí puntualizó que le gustaría poder explicar a los ciudadanos uno a uno todos los mensajes (más de 8.000, según dijo) porque de esta forma «se entenderían muchas cosas».

La imputación de Jáuregui

Precisamente, Pilar Marí recordó que cuando Sánchez-Jáuregui ocupaba la alcaldía se vivieron «situaciones muy tensas», que «no se airearon públicamente». «Le dijimos que las cosas no se estaban haciendo bien, pero de nada sirvió», recordó. Puso como ejemplo que, en dos años, cuando Marí ostentaba el cargo de concejala de Educación no tuvo manera de despachar ni una sola vez con la alcaldesa el proyecto de la escuela municipal de formación. «Subí cinco veces [al despacho de alcaldía] con el proyecto y al final tuve que dejar unas fotocopias. Este proyecto no lo vio nunca», señaló.

Sobre el fondo del asunto, Marí insistió en que ni ella ni sus compañeros la han imputado por el caso Prensa Pitiusa y recordó que la Fiscalía actuó de oficio, a raíz de las informaciones publicadas por Diario de Ibiza, antes de que Sánchez-Jáuregui decidiera constituir una comisión de investigación y le diera el «regalo» de presidirla. «Me pusieron delante cosas que ni para mí ni para nadie estaban bien», recalcó. También recordó que tanto los tenientes de alcalde (Daura y Sansano), como su propio jefe de gabinete «responsabilizaron directamente» a Sánchez-Jáuregui. «No hubo ningún complot contra usted. Fue el partido [el PP] el que la obligó a dimitir por su mala gestión en todo este asunto», subrayó.

«No ha habido ningún vuelco»

Por ello, Marí negó categóricamente que se haya dado un vuelco a la situación del caso Prensa Pitiusa, en contra de lo que dice Jáuregui. Marí le reprochó que su «estrategia de defensa» es «injusta e indigna». «Ha causado mucho daño a los ciudadanos. Intenta destruir a otras personas para demostrar que tiene razón. Pero no, tiene la misma que hace un año», dijo, al tiempo que indicó que, como cree en la Justicia, «el juez no se basará en unos whatsapps de hace un año y medio, sino en las pruebas que ha recabado». «No venga de victoriosa», subrayó.

Marí afirmó que sentía no haber pagado las facturas de Prensa Pitiusa y que, si no se ha hecho, es precisamente, porque «Intervención no ha informado a favor de ello».

Usando la terminología de su ´enemiga política´, Pilar Marí matizó que quien se fue del Consistorio de forma «indigna» fue Jáuregui, puesto que, a diferencia de ella que ha cedido el acta de concejala, se quedó en la oposición para «boicotear» la acción de su gobierno y, con ello, provocar que «parezca que hay un descontrol». «Nosotros nos vamos para no causar daño al Ayuntamiento», destacó.