El gerente del Área de Salud de Ibiza y Formentera no ha dormido precisamente tranquilo estos días. El lunes abrió el edificio de consultas externas del nuevo hospital y, dos días antes de la apertura, confesaba que aún faltaban algunos detalles. Asegura que el cese de la hasta ahora directora de Enfermería, Norberta Sánchez, no ha tenido nada que ver con una oposición a los recortes o con que facilitara datos a este diario sobre la puesta en marcha del hospital, sino con una necesidad de reformar el departamento porque la estructura era la misma que hace 25 años. Tras la apertura de las primeras consultas aguarda las críticas constructivas del personal.

-¿Qué ha pasado para que una obra que se construye con una concesión para acelerar los plazos como el nuevo hospital Can misses abra con tanto retraso?

-El 14 de abril de 2011 debía estar en marcha la primera de las cuatro fases, muy discutibles. Al final de esa primera fase entrábamos en una segunda que preveía obras en el laboratorio en funcionamiento, pero nadie decía qué se tenía que hacer con él. Se suponía que abría el edificio de consultas y no había una central energética de la que alimentarse. A eso hay que añadir que la situación económica que nos encontramos era terrible y que los profesionales creían que el proyecto se podía mejorar. Tuvimos que convencer a la gente para un modificado que incluyera el búnker y las reformas de los médicos. La tentación era decir: ´esto cuesta mucho dinero, no lo tenéis claro, lo aparcamos´. Ahí hay que destacar el papel de la consellera Carmen Castro. Se ha hecho el búnker y los cambios de los profesionales. Hemos hecho una renuncia grave, el centro de salud de Can Misses, que no se va a hacer ahora, pero consta en el nuevo plan de infraestructuras de Atención Primaria.

-¿Ha peligrado el hospital?

-Nadie me lo ha dicho directamente, pero no soy tonto. Cuando no puedes pagar ni a los pacientes y no creo que haya nada más terrible que no poder pagar un billete de avión a un enfermo, ve a explicarle a alguien ´mire, tengo aquí un proyecto, nada, calderilla, de unos 560 millones de euros, que compromete al Govern durante 33 años´. No hace falta ser muy listo.

-Esta semana, el PSOE ha criticado el retraso, el aumento del IVA y la falta de nuevos servicios. ¿Cree, como la diputada Cati Palau, que es un ataque de cuernos?

-Es un tema político. Era director de gestión cuando se hizo el proyecto, lo conozco, sé las dificultades que ha tenido. Este es un momento para que nuestros profesionales hagan críticas. Es momento de unirse y sacarlo adelante, no de buscar críticas del pasado. El Pacte inició el proyecto y nosotros lo hemos mejorado. Sumémonos al proyecto, no restemos.

-¿Qué pasó con el búnker de la radioterapia? Ustedes dicen que no estaba y el anterior equipo de gobierno, que sí.

-El búnker de radioterapia no existía. Tampoco el proyecto de conversión de Can Misses en un centro sociosanitario. Pintar en un plano no es un proyecto. Si había un proyecto, que me lo enseñen. No digo que no tuvieran la intención de hacerlo, pero no se hizo. Se ha hecho en esta legislatura.

-Sin un problema de dinero, ¿habría hecho más cambios en el proyecto?

-Hubiéramos intentado hacer más cosas, no lo niego. Con más dinero y con otra situación no hubiéramos perdido el centro de salud, que es la siguiente prioridad. El modificado se hace en 2011 con una situación tremenda. Se llegó a decir que no se iba a hacer el hospital, que se iba a paralizar la obra y la prensa contaba los trabajadores que había cada pocos días. El proyecto no ha estado nunca parado. No ha sido fácil. Tenía unas indefiniciones que había que solucionar. Por ejemplo: farmacia iba en el hospital actual y ahora va en el nuevo hospital. Se ha hecho todo lo necesario en el ámbito que afecta a los pacientes, el asistencial, recogiendo las sugerencias de los profesionales.

-Se ha criticado que su apertura no implique nuevos servicios.

-Es que no he esperado a abrir para incorporarlos. Algunos especialistas han cambiado su día de quirófano o consulta para dejárselo al personal de Son Espases. Cirugía pediátrica ya hace operaciones aquí. Nos ha costado, pero hace un año y medio que ya está. Lo cómodo sería esperar. También tenemos cirugía vascular, pediátrica y plástica. Y Neurocirugía la tenemos hace tres o cuatro años. Y el doctor Ignacio Sanpera, de Ortopedia infantil, es un tema aparte. Vio la necesidad de venir a Eivissa cuando nadie lo hacía, en los 90, y sigue.

-¿Cree que a algunos les da rabia que se ponga la radioterapia?

-Las cosas tienen un coste de oportunidad. Son 17 millones y hay quien cree que con ellos se podrían hacer otras cosas, pero la radioterapia, más que un tema sanitario, es un tema social. Médicamente está bien cubierta con Son Espases, pero enviar a alguien fuera... Es muy duro para quien lo sufre. 17 millones darían para hacer muchas cosas, pero hay que tener sensibilidad. El tema social ha sido muy importante. Nadie dudó en incluir el búnker en el modificado.

-¿Se van a privatizar servicios?

-Ese es un debate ideológico, lo importante es dar un buen servicio. A la gente no le importa si es privado, público, mixto, gestión compartida o público-privada. Hay realidades. El nuevo hospital es una concesión, una gestión público-privada. Tenemos que conseguir que sea una mejora. En el caso de la radioterapia tenemos que pensar lo que nos costaría encontrar profesionales de radioterapia, bien formados y con experiencia. Estamos empezando el servicio, no los podríamos tener, pues empecemos de manera flexible con una gestión público-privada. Quizás en unos años lo podamos internalizar, pues estupendo, pero a fecha de hoy tenemos que ser realistas.

-¿Cómo funcionará el servicio?

-Hasta que no esté adjudicado no lo sabremos exactamente. El oncoradioterapeuta de Son Espases pautará el tratamiento y en Ibiza lo aplicarán, siempre con un feedback con ese oncoradioterapeuta.

-Sin problemas de dinero, ¿qué especialidades ampliarían plantilla?

-Hay plantillas que reforzar. Nos iremos sin que se hayan llevado a cabo todos los proyectos que queremos, pero los dejaremos hechos, y si alguien los quiere aprovechar, perfecto. Que algunos griten más o hagan sus quejas más mediáticas no significa que tengan más razón. Lo más fácil para mí sería atender al más pesado o al que me grita más. Pero no. Hay que priorizar en base a criterios objetivos. Las cosas no son tan fáciles como decir «me falta uno, pónmelo».

-Dígame una especialidad que tenga claro que hay que reforzar.

-Radiología. Ya hemos hecho un esfuerzo que mi jefe de servicio cree que es insuficiente. Hemos pasado de cinco plazas a nueve. ¿Que es insuficiente porque la situación de partida era muy mala? Vale, pero no puedes esperar que algo que durante 20 años ha estado mal dotado se arregle en tres días. No digo que no haya que hacer más, pero ya se ha hecho un esfuerzo considerable.

-¿La situación en Reumatología es tan mala como afirman los pacientes en las cartas que envían a la prensa?

-La doctora Urruticoechea está sola. Se compara con Menorca, donde hay dos reumatólogos aunque tiene menos población. Hemos trabajado con otros servicios para que la ayuden. En el nuevo hospital tendrá una enfermera para que la descargue de trabajo. ¿Es una prioridad? Sí, pero no sé si la primera, la segunda o la tercera.

-La Policlínica denuncia que no se han renovado los conciertos. ¿La relación está deteriorada?

-Debemos cooperar, no competir, aunque a veces parece eso lo que hacemos. Me interesa en qué me puede ayudar a mejorar la asistencia sanitaria que presto. Es lo único que miro, no me importa lo que me digan u opinen. En Neurocirugía la situación es mejorable. En situaciones de emergencia debemos usar a la Policlínica y trabajamos en ese sentido. Al ir a renovar los convenios hemos visto que enviamos a los pacientes a Son Espases y lo podríamos hacer aquí. Se trata de mejorar la asistencia con sentido común y calidad. Lo que pasa es que hay muchos actores y cada uno tiene su posición.

-¿Cuál es el siguiente servicio que se pondrá en marcha en el nuevo hospital?

-Espero anunciarlo en un mes.

-¿Cuál?

-No puedo. Estamos trabajando en varias cosas, una de Formentera y tres en Ibiza, pero no me gusta adelantar las cosas.

-¿Se va a solucionar el retraso en el pago de dietas a los pacientes? Tardan más de un año y medio en cobrar.

-Aunque parezca ridículo, el pago de dietas es un tema muy complicado en la Administración. A la consellera Castro le preocupaba muchísimo y sé que el conseller de Hacienda [José Vicente Marí Bosó], ibicenco , lo conoce. Estamos obligados a pagar a los proveedores en 30 días, pero los pagos directos a personas no entran ahí. Hay que modificar varias normativas para conseguirlo. La normativa impide la agilidad.

-Ya, pero a las familias con muchas facturas pendientes les cuesta entender que los políticos cobren las dietas cada mes.

-Sí, pero un político está en nómina, sabes quién es y le pagas. Aquí debes comprobar que esa persona es la que debe cobrar, que ha ido y que ha hecho esos gastos. Desgraciadamente, hay gente que tiene que hacer muchos traslados. Es la que más nos preocupa. Sé que en Hacienda tienen la sensibilidad, pero está costando mucho porque hay que cambiar varias normativas. Es terrible. Hemos pagado millones a proveedores y no a esta gente. Lo he pedido varias veces.

-Su decisión de aplazar la apertura del edificio de consultas, previsto en 2011, hasta que estuviera acabada toda la obra fue polémica. ¿Mantiene que fue la mejor?

-Es que no se podía abrir. Situación constructiva en 2011: un edificio aislado en medio de una obra. Si hubiera sido el más cercano al hospital actual se habría planteado diferente, pero teníamos el edificio aislado en mitad de una obra. Si he de moverme, tengo que hacerlo por fuera. Eso por no hablar, administrativamente, de lo complicado que es tener un final de obra parcial, y de que no tengo electricidad ni agua garantizada porque hay una obra en medio, el edificio de suministros no está hecho y no hay ningún concurso de suministros en marcha. Era inviable. Tampoco podía decirle a la gente si estaría en esa situación tres meses o tres años. El 1 de julio de 2011 se hizo un intento de abrir.

-¿Perdón?

-Se anuló el 30 de junio, horas antes y hubo gente contratada porque se pensaba que el 1 de julio se abría el edificio B. Se anuló, no se pudo llevar a cabo. Se había retrasado del 14 de abril de 2011. La decisión de esperar no fue difícil, era lo más lógico. Imagine, acabo de llegar y abro un edificio. ¡Qué bien! Hubiera sido un insensato, un loco.

-Dejando a un lado la reforma del viejo hospital y devolver el centro de salud a Can Misses, ¿qué queda pendiente?

-Hay tres cosas que quiero hacer. Para dos de ellas tendré tiempo seguro, para la otra no lo sé.

-¿Cuáles son esas cosas?

-No quiero decirlo aún. Estamos trabajando en ello, faltan detalles. Todos los proyectos son de tipo hospitalario. De Atención Primaria lo único que nos falta es devolver el centro de salud a Can Misses y reformar el de Es Viver. Ambos están previstos en el plan de infraestructuras del Govern.

-Ya que están abriendo a plazos...

-Progresivamente.

-Bueno, pues progresivamente. ¿No habrá gran inauguración con todos los políticos?

-Estamos en una Administración y tenemos unos jefes políticos, claros y visibles. Pueden venir a hacerse fotos, pero que el trabajo y la gestión nos lo dejen a nosotros. Lo han aceptado. Del centro de salud de Sant Josep decidieron hacer la inauguración el día antes para no molestar.

-¿Van a esperar a la radioterapia para la foto?

-Creo que merecen hacerse la foto con la radioterapia y también ahora en el nuevo hospital. ¡Es que había gente que negaba que esto se hiciera! ¡Que se acabara la obra! ¡Que se dotara! Y ahí está todo. La resonancia, el TAC de 64 cortes, el búnker... Que se hagan la foto, porque hay gente que lo ha negado y ahora también niegan el siguiente paso.

-La gente denuncia la demora para consultas con el especialista y para las operaciones. ¿Se van a reducir las listas de espera?

-Dentro de los indicadores que miramos, las listas de espera es de los más fácil de medir. Damos mucha importancia a la quirúrgica y a la primera visita con el especialista, pero las sucesivas quedan en el limbo. ¿Por qué le damos tanta importancia a la primera? Porque es cuando te ve el especialista y te dice si lo que te pasa es prioritario o no. Eso es fácil decirlo cuando no es a ti a quien le duele. Hay que decir que tenemos un diez por ciento de primeras citas y algo más de sucesivas a las que la gente no acude. Todos debemos ser responsables. Nosotros los primeros, lógicamente, pero la gente, cuando no vaya a venir, que nos avise porque podemos aprovechar ese hueco. Es un tema de percepción. Es verdad que no miramos las sucesivas. Es una cuestión de percepciones. El médico considera que no es prioritario, pero tú tienes una sensación de malestar y no te la alivian. Hay que hacer un esfuerzo para mejorar las listas de espera, avanzar muchísimo en todos los indicadores, como los índices de complicaciones o de mortalidad.

-¿Pero se van a poder reducir?

-Los profesionales están haciendo un esfuerzo importantísimo, un triple esfuerzo. Se dice que trabajan en una situación muy difícil, que están desmotivados y la realidad es que en el trabajo de los profesionales no se ha notado que se vaya a abrir el nuevo hospital. Es verdad que las listas de espera de consultas se han disparado en alguna especialidad, pero la quirúrgica ha mejorado. Hay que pensar que estamos abriendo el hospital nosotros solos, cuando otros se gastan un dineral en consultorías. Lo estamos haciendo con el esfuerzo de la gente de aquí, que trabaja muchísimo en una situación muy mala y a pesar de eso en 2013 hemos recibido el premio al mejor hospital de Balears.