Juan Manuel Pleguezuelos, presidente de la Asociación Herpetológica Española (AHE), recordó ayer que la presencia de culebras en Ibiza se comenzó a detectar en 2003. De las tres especies que aparecieron, la que más se ha extendido, y que amenaza con causar graves problemas medioambientales debido a su proliferación, es la de herradura. En lo que va de año apenas se han contabilizado una docena de culebras de escalera, una especie que no se ha adaptado tan bien como la de herradura al clima pitiuso. Lo más relevante en la práctica desaparición de la culebra bastarda en las Pitiusas, según destacó el experto. «En Formentera la situación también es preocupante, aunque no tanto como en Ibiza», explicó el doctor, que recordó que en la pitiusa menor las culebras de herradura se comen los polluelos de la pardela balear, una especie endémica. «El ave adulta es nocturna y casi no se la ve, pero los ofidios atacan por el día a las crías», advirtió Pleguezuelos.

En cuanto al desarrollo del proyecto piloto para intentar erradicar las culebras en Ibiza, Enrique Ayllón, miembro de la AHE que trabaja en la isla, comentó ayer que no hay conclusiones y que, aunque no pueden ofrecer una cifra exacta, el número de culebras de herradura es muy elevado. «Estamos trabajando sobre todo con trampas y con perros», explicó Ayllón. Los técnicos han conseguido capturar un importante número de ejemplares, tanto vivos como muertos.