La situación es alarmante y hay que adoptar medidas. «La serpiente de herradura ha colonizado ya la mitad de Ibiza y también tiene presencia en Formentera», advirtió ayer el doctor Juan Manuel Pleguezuelos, presidente de la Asociación Herpetológica Española (AHE), uno de los máximos expertos del país en ofidios ibéricos.

El problema es grave, no por la peligrosidad de estas culebras, que son prácticamente inofensivas, sino porque pueden variar pronto su dieta y provocar unas consecuencias medioambientales que podrían ser funestas para la fauna de las Pitiusas. «Por el momento comen ratones, pero cuando acaben con ellos comenzarán con los dragons (salamanquesas), los pájaros y las lagartijas. Su dieta consiste básicamente en llevarse a la boca todo lo que se mueva que pese entre 1 y 200 gramos», advirtió el doctor Pleguezuelos, catedrático de Zoología de la Universidad de Granada.

El experto llegó el lunes a Ibiza acompañado por Mónica Feriche, profesora de la UNED y de un instituto de Educación Secundaria de Granada. Desde 1988 trabajan juntos en el grupo ´Biología y conservación de los vertebrados mediterráneos´. En España solo hay cuatro especialistas en ofidios estudiando y trabajando para aportar soluciones a las plagas de serpientes y uno de ellos es el doctor Pleguezuelos.

Perros para controlar los olivos

Hoy se irán de Ibiza, después de trabajar toda la semana codo con codo con Enrique Ayllón, miembro de la AHE que lleva dos meses y medio al cargo de la primera fase de ejecución del proyecto piloto de control de serpientes en la isla, en concreto la parte que corresponde al trampeo y búsqueda manual. Antes de marcharse, Pleguezuelos concedió ayer una entrevista telefónica a Diario de Ibiza en la que aportó posibles soluciones a la proliferación de serpientes de herradura (Hemorrhois hippocrepis) en Ibiza, que podría convertirse en una plaga.

La primera, controlar la entrada de olivos en la isla. Desde 2003, cuando se detectaron las primeras serpientes en la isla, el número de las de herradura no ha parado de crecer. «Un perro tarda 30 segundos en revisar un olivo», explicó Pleguezuelos. El Consell ha encargado a Buscans este trabajo y una de las trabajadoras de este centro canino, Ann Ceulemans, está ya amaestrando animales. Trabajará con cinco perros pero el presidente de la AHE recomendará al Consell que se controlen todos los olivos que entren en la isla, por lo que los canes deberían tener presencia en los puertos, la principal entrada de los árboles en los que vienen las serpientes, normalmente en periodo de hibernación.

La segunda medida que se debe adoptar, según Pleguezuelos, es incrementar el número de trampas. «A día de hoy los técnicos cuentan con alrededor de 30, pero yo creo que son necesarias unas mil», comentó ayer. «Este problema se ha erradicado en otras islas colocando trampas en cantidades industriales», concluyó el doctor.

Además, la AHE va a presentar un proyecto de investigación a la Fundación BBVA para la conservación de la biodiversidad que tendría una dotación económica de en torno a 100.000 euros que permitiría contribuir al trabajo de erradicación de estas serpientes de las Pitiusas.

Santa Eulària, el epicentro

Los expertos no pueden cuantificar el número de culebras de herradura que hay en Ibiza, pero sí en qué lugares se han extendido más. «Están sobre todo en los ambientes rurales, en las zonas en las que se practica la agricultura y donde hay viveros. Si cogemos un compás ficticio y lo clavamos en Santa Eulària, habría que trazar un círculo de uno diez kilómetros», explicó el profesor.

«Yo vivo en Granada, en una casa de campo. Las serpientes de herradura que encuentro las suelto en mi jardín, para que se coman los ratones», comentó Pleguezuelos. «Sin embargo, aquí en Ibiza, aunque a los que amamos a estos animales nos resulte difícil decirlo, hay que pedir que las eliminen», concluyó. «Se extienden con facilidad porque apenas tienen depredadores, salvo los coches», finalizó el doctor.