Alrededor de setenta personas, casi todos docentes, rodearon ayer la estatua del general Vara de Rey para exigir una educación pública de calidad. Rafel Serra, profesor de Informática del instituto Algarb y portavoz de los educadores, denunció el «chantaje» al que, aseguró, está sometiendo la conselleria balear de Educación a los centros con la obligación de aprobar los proyectos del TIL para el próximo curso. Serra señaló que los claustros que aún no lo hayan hecho tienen todo el mes de julio para votar que sí. Esto, detalló, supone una presión para muchos docentes que no son de la isla. «Se les acaba el alquiler, o se lo suben en verano. Incluso hay diez personas viviendo en pisos en los que normalmente viven tres. Y la conselleria lo sabe», apuntó Serra minutos antes de que todos los asistentes, la mayoría vestidos de verde, se cogieran de las manos.

El portavoz de los docentes denunció también las «coacciones» que hay en los claustros. «Se pide que el voto sea secreto y, aunque está permitido, dirección lo niega. Además, la conselleria ha amenazado con enviar inspectores para saber los nombres y apellidos de los que han votado en contra de los proyectos», añadió el docente, que señaló que hay una propuesta para poder votar por Internet. «Pero no les gusta porque se trata de fastidiar, juegan muy sucio», apuntó Serra, que destacó que en todos los claustros, tanto los que ya han aprobado los proyectos como los que no, serían «impugnables». «Educación no quiere ayudar a que la enseñanza funcione, lo que quiere es destruir la escuela pública», concluyó.

Entre los padres que se sumaron a la cadena estaba la presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA) de Ibiza, Pepi Costa, que insistió en la necesidad de llegar a un acuerdo y «cerrar» el conflicto. «Seguimos con una huelga convocada», apuntó a los pies de la estatua, donde jugaban algunos de los niños que acompañaban a sus padres a la protesta, que también llevaban camisetas con mensajes: «Jo em solidaritzo amb el professorat!, «Crida!» o «I love escola pública».

Ellos también se unieron a la cadena, que permaneció unida durante unos cinco minutos. El exeurodiputado de ERC Bernat Joan no pudo reprimir la broma y comenzó a simular que bailaba una sardana. Cuando se soltaron de las manos, docentes, padres y alumnos rompieron en un aplauso y concluyeron el último acto reivindicativo del curso con gritos de «¡Bauzá dimisión!».