­La organización ecologista internacional Greenpeace inició ayer en Ibiza su campaña balear contra las prospecciones petrolíferas. El buque insignia de Greenpeace, el ´Rainbow Warrior´, nada más llegar a las costas ibicencas procedente de Valencia, realizó frente a es Vedrà una acción simbólica de protesta al colocar sobre el mar una barrera de contención como las habitualmente empleadas en casos de vertidos de hidrocarburos.

La barrera, de unos cien metros de largo, ha estado acompañada de pancartas flotantes. Una de ellas rezaba, en inglés: ´No oil´ (Petróleo no), mientra que otras, escritas en castellano, catalán e inglés, tenían como lema ´Prospecciones no, renovables sí´. El propio barco tenía desplegada entre sus mástiles otra pancarta de 144 metros cuadrados con el lema ´No oil´.

La colocación de estos elementos flotantes se hizo por parte de activistas embarcados en el ´Rainbow Warrior´, todavía de madrugada, y ayudados por las lanchas zodiac que los ecologistas de esta organización suelen emplear para sus operaciones.

Esta acción simbólica ha sido la primera de las que se realizarán en aguas de Balears para denunciar los peligros que las prospecciones petrolíferas representan para el medio ambiente.

«Catástrofe para las islas»

«Autorizar prospecciones en estas aguas es una irresponsabilidad y supone una catástrofe para el medio ambiente, la economía y la sociedad de Balears, sobre todo cuando existen alternativas sostenibles basadas en las energías renovables», declaró el portavoz de Greenpeace, Julio Barea. «El Gobierno debe dejar de anteponer los intereses de las empresas petroleras a los intereses generales, escuchar lo que le pide la sociedad y cambiar lo antes posible el modelo energético», añadió.

Barea afirmó que con la acción desarrollada durante la madrugada de ayer se intentó destacar «las graves consecuencias que podría sufrir la flora y la fauna de una de las zonas más valiosas del archipiélago balear», dado que en es Vedrà y es Vedranell «conviven diferentes especies de aves marinas, lagartijas e invertebrados endémicos, además de una flora de gran riqueza».

En declaraciones efectuadas a este periódico a bordo del ´Rainbow Warrior´, una de las portavoces de Greenpeace, Marina Bevacqua, añadió: «Esperemos que no tengamos que usar estas barreras de contención, porque en realidad sería un parche totalmente insuficiente si se produce un vertido».

Bevacqua indicó que los lemas que contenían las pancartas tratan de recalcar que Greenpeace «no solo rechaza y se opone a una cosa, el petróleo, sino que propone alternativas, que son las energías renovables». «Hay informes que demuestran que en el año 2050 podríamos vivir perfectamente solo con energías renovables», añadió la portavoz ecologista desde la cubierta del buque insignia de la organización.

Entrada en el puerto de Vila

Tras realizar su acción en es Vedrà, el ´Rainbow Warrior´ se dirigió al puerto de Ibiza, donde ya le esperaba una flotilla de embarcaciones particulares -unas 25 en total- para arroparlo en su entrada y apoyar a Greenpeace en su campaña. En estos barcos había dirigentes de la Alianza Mar Blava y de las otras organizaciones que se oponen a las prospecciones.

Una vez que el buque ecologista quedó amarrado en los andenes del puerto, activistas antipetrolíferos de Ibiza lo recibieron con pancartas contra los sondeos y a favor de las energías limpias. Asimiso, numerosos curiosos -entre los que abundaban niños de corta edad- se acercaron para contemplar el legendario barco, sucesor del que en 1985 fue hundido en un atentado perpetrado por los servicios secretos del Gobierno francés cuando Greenpeace se disponía a protestar contra las pruebas nucleares en el atolón de Mururoa, en la Polinesia francesa.

Para hoy por la mañana está previsto que los dirigentes de Greenpeace ofrezcan una rueda de prensa en la que explicarán los detalles de su campaña de protección y las amenazas concretas que supondrían las prospecciones que impulsan el Ministerio de Industria y Cairn Energy para el mar de Balears y el Golfo de Valencia.