­No fue como la del ladrillo, pero su reventón causó sudores entre los responsables de las discotecas ibicencas la pasada temporada. La música de baile experimentó en 2013 la explosión de una de sus burbujas (las otras siguen aumentando peligrosamente de volumen), la del género underground, es decir, lo que no es mainstream, lo que no es comercial. El caso, que no entrará en los anales pero que no deja de ser historia viva de esta isla (por lo que nos jugamos), fue desvelado ayer por los ponentes de la mesa redonda ´La selección natural de la vida nocturna ibicenca´, que abrió ayer el segundo día del Summit. «En nuestro sector hay demasiadas fiestas», adelantó Seth Troxler, productor y dj norteamericano que le da al underground techno y house. «Sobre saturación» y «burbuja» fueron las palabras con las que describió el escenario del estío de 2013 en Ibiza.

Yann Pissenem, alma mater del Ushuaïa, admite que «explotó la burbuja, hubo una saturación de fiestas underground». A juicio del director artístico de ese hotel y del Hard Rock, el problema radicó en que todo el mundo decidió «montar su propia fiesta y desarrollar su propia marca». Si triunfaban en Ibiza, el escaparate mundial de la música de baile, el éxito fuera estaba asegurado: «Pero no funcionó. Nos dimos cuenta de que había un overbooking de fiestas de tipo underground en la isla», explica Pissenem. «En mi caso tenía a Luciano los martes, a otro los jueves y a otro los sábados. Era demasiado. Había más de veinte fiestas underground a la semana en Ibiza. El público de ese estilo no tiene el mismo poder adquisitivo que el comercial y no puede ni quiere pagar un tique de 50 euros. Hay menos masa y menos VIPs en él. Y representa un porcentaje pequeño, un 10% o 15% más o menos, del total de la música electrónica».

Es decir, «no había suficientes clientes para llenar todas las fiestas, las de Pachá, las de Space, las de Amnesia... Había dos o tres a diario compitiendo entre sí». Y ahí es donde entra la «selección natural», el darwinismo de la noche ibicenca: «Ahora volvemos un poquito al comienzo de la historia: Luciano regresa a Cocoon, por ejemplo. Todos hemos recortado esa enorme cantidad de fiestas. Se ha regulado el mercado. En realidad ha sido una selección natural. Si el negocio no es rentable tienes que hacer cambios». Así, la temporada de Ushuaïa se basará en los comerciales Guetta, Armin Van Buuren, Avicii, Departures... «Artistas para un público comercial, el que no sufrió el año pasado. Solo tendremos como fiesta underground a Ants los sábados», anuncia. El resto seguirá sus pasos.

Aun así, no a todos les fue igual en 2013. A David Vincent (responsable de Sankeys), no le fue tan mal: «Lo que sucede es que el mercado no es muy creativo, al menos en su oferta. Se repiten demasiado los djs. A pesar de eso, Sunkeys creció un 20% en 2013. Eso quiere decir que para nosotros no está saturado, quizás sí para los demás clubes, que son muy grandes. Nosotros podemos arriesgar más y traer a gente que en Manchester nos funciona muy bien pero que no son tan conocidos». A su juicio, «se repiten demasiado los djs: desfilan de discoteca en discoteca. Lo que hay que hacer es impulsar nuevos djs, dar más contenido propio a cada club, y no que todos tengan y ofrezcan lo mismo».