Desde el año 2003 que se avistó la primera culebra en Ibiza ya se han cazado alrededor de 200. Once años después y tras un incremento primero casi «por goteo» y desde 2009 o 2010 más significativo, el Consell de Ibiza pone en marcha un proyecto piloto que busca «evitar el asentamiento en la isla de las serpientes», cuya presencia ya ha generado «preocupación y alarma social» entre la población, resaltaron ayer, en la presentación de la iniciativa en la finca de Can Pere Mosson de Sant Llorenç, los consellers de Medio Ambiente y Agricultura, Pepa Costa y Antoni Marí.

El proyecto, redactado por los técnicos de Medio Ambiente, que durará dos años y cuyo coste asciende a 44.500 euros sufragados por el Consell y con fondos Leader, tendrá dos partes: por un lado la instalación de trampas y, por otro, la búsqueda de los ejemplares con perros.

Respecto a la primera, Enrique Ayllón, miembro de la Asociación Herpetológica Española, comentó que instalarán dos tipos de trampas que ya han sido usadas en otros sitios -como en Gran Canaria, donde luchan contra la culebra real californiana- y que han dado buenos resultados.

Una de las trampas es un tubo de 80 centímetros de largo en cuyo interior hay una jaula con un ratón vivo y dos embudos en cada extremo. «El rastro del ratón hará que entre. [La culebra] no podrá cazar el cebo, porque está en la jaula, y cuando busque la salida por el borde del tubo, lo normal es que [no la encuentre y] se quede dentro», señaló. Para que este sistema funcione, Ayllón resaltó que es necesario encontrar una «buena ubicación», en paralelo a muros, que es por donde ellas suelen moverse, o con vallas direccionales que las orienten.

La otra trampa se ubicará en zonas con poco refugio. «Estos animales buscan refugiarse bajo piedras, en leña, muros», apuntó Ayllón.

Entonces, en aquellos sitios en los que se produzcan avistamientos y no haya elementos de este tipo, se colocarán unos tableros para que se escondan debajo y se irán controlando para atrapar a las que puedan utilizarlos.

Búsqueda con perros

El segundo método consiste en la búsqueda de culebras en zonas en las que se hayan producido avistamientos con perros adiestrados por la asociación Buscans. «Esto estará destinado a aquellas zona en que la gente dice que ha visto serpientes pero que ya no saben dónde están. Se avisará e irá una persona con los perros para localizarlas y capturarlas», señaló Marí.

Ann Ceulemans, de Buscans, resaltó que trabajará con cinco perros a los que ya está entrenando y que espera que puedan estar listos en alrededor de dos meses. No se trata de razas concretas: «A este lo he cogido de Can Dog y a este lo he comprado porque viene de una línea de rescate y estoy segura de que tiene buena nariz», afirmó mientras mostraba a dos de los animales. Ceulemans indicó que para la preparación trabajará con los tres tipos de reptiles presentes en la isla, la culebra de herradura, la de escalera y la bastarda, que se los dará a oler a los perros y los irá premiando cuando localicen alguna. «Este hace una semana que trabajamos con una serpiente y ya está reaccionando», dijo sobre Genjo, el perro más grande de los tres que llevaba ayer.

Junto a todo esto, se llevará a cabo una labor de «información a la ciudadanía» porque «más llamadas [de gente que alerta de la presencia de culebras] es igual a más capturas», sostuvo Jaume Estarellas, técnico de Medio Ambiente del Consell, quien precisó que las llamadas deben hacerse a través del 112 y que se prepararán unos trípticos.

El proyecto se pone en marcha esta primavera y continuará la siguiente, ya que según explicó Marí su época reproductora comprende la primavera y el verano y es en este momento en el que hay que cazarlas. «Esperemos que tengamos éxito y que sirva para [coger] cuantas más mejor, para evitar la alarma social y para conocer un poco más cómo combatirlas», subrayó.

Y es que, como insistieron Marí y Costa, «la culebra no es un reptil propio de la isla» pero puede llegar a causar un gran perjuicio en la fauna, especialmente a las lagartijas. «Tenemos información de que se están reproduciendo y aumentando el número de serpientes que hay», insistió el responsable de Agricultura, que señaló que «parece que el clima [de Ibiza] les va bien».

En olivos, leña o balas de paja

Ayllón resaltó que su origen está asociado a los olivos transportados desde la Península, en cuyo interior se encuentran las culebras cuando hibernan, pero agregó que no descartan «que pueda haber otro origen secundario como el transporte de leña». «E incluso en las balas de paja», apostilló Estarellas.

La más abundante en este momento en la isla es la culebra de herradura. «Aunque también tenemos de escalera y, más ocasionalmente, bastarda», señaló Ayllón. La mayor presencia de unos ejemplares está relacionada con el origen de entrada de los animales y, según Estarellas, los «núcleos calientes» donde más se avistan en la isla están«alrededor de los viveros que importan olivos». En cuanto a zonas, Marí dijo que los avistamientos son más frecuentes en el centro de Ibiza, «en Sant Llorenç, la parte sur de Sant Miquel, en Santa Gertrudis, en Sant Rafel o en Santa Eulària».

Tanto Estarellas como Ayllón insistieron en que estos reptiles «no son venenosos ni peligrosos» para las personas. «Evidentemente son animales que se enfrentan si están acorralados, que te pueden morder. Entonces, hay que evitar la manipulación si no se sabe cómo. Pero la mordedura no deja de ser como si te mordiese un gato. Se desinfecta y ya está», explicó Estarellas.

No obstante, la gran preocupación es que lo que ahora es «una especie exótica» llegue a naturalizarse, lo que ocurrirá cuando se detecte que se están reproduciendo e implantando en la isla, y, a continuación, a afectar a las especies autóctonas, como la lagartija, y a ser, por lo tanto, una «especie exótica invasora».

«Ahora no tenemos constancia de que esté naturalizada, aunque es verdad que se ven muchos [ejemplares] jóvenes. Pero estos pueden ser de una importación en invierno y que nacieran hace un año en la Península. Lo que no tenemos constatados todavía son hembras grávidas [preñadas], puestas o ejemplares recién nacidos», dijo Ayllón.

Según el miembro de la Asociación Herpetológica Española, desde que en 2003 se vio la primera, el avistamiento fue creciendo poco a poco.

«A partir de 2010 se empieza a detectar una subida. Pero ¿podemos achacar que esa subida sea porque haya más culebras? No, ya que si pones más esfuerzo [en detectarlas]... Ahora esperamos que al empezar la campaña haya un aumento porque más gente nos pasará información», concluyó. En este sentido, dijo que para tener el dato real de cuánto se han incrementado habría que saber «cuánta gente está dispuesta a llamar [si ve una] y cuántas culebras se cogen».