La psicóloga Susana Arroyo ofreciço recientemente en la sede de la UIB la charla ´Características y tipos de alumnos con alta capacidad: cómo detectarlos en el aula´ organizada por la Associació d´Altes Capacitats i Talents d´Eivissa i Formentera (Actef)-.

-¿Qué son altas capacidades?

-Las altas capacidades intelectuales son un grupo complejo de características que interaccionan. Suponen un alto perfil aptitudinal en todas o algunas áreas cognitivas, un alto potencial creativo y una serie de características emocionales, que si bien no se dan en todos los casos, a menudo se encuentran.

-¿Cuáles son las principales características de los chicos y chicas con altas capacidades?

-Son niños que suelen buscar la compañía de niños mayores que ellos, muestran intereses poco habituales para su edad, gran curiosidad, un desarrollo precoz del lenguaje, baja tolerancia a las frustraciones, gusto por el reto y desmotivación hacia lo conocido o repetitivo, competitividad, son muy autoexigentes consigo mismos y sus logros, entre otras.

-¿Hay tipos de superdotados?

-Es mejor hablar de altas capacidades, ya que los superdotados son un tipo de ellas, junto a la precocidad intelectual y los talentosos.

-¿En qué consiste la precocidad intelectual?

-Es un fenómeno evolutivo y se diagnostica hasta los 9 años, cuando la inteligencia cristaliza, se convierte en un rasgo estable y se puede diagnosticar superdotación o talentos específicos o compuestos. Implica adquisición precoz de diferentes logros como el habla, tanto a nivel de vocabulario como de estructuración, el razonamiento, aspectos psicomotrices y un elevado potencial creativo, entre otros.

-¿Y qué diferencia a superdotados y talentosos?

-La superdotación intelectual supone un perfil intelectual en todas las áreas acompañado de un elevado potencial creativo. Sin embargo, los talentos corresponden a un elevado potencial para alguna área concreta como verbal, creativa, matemática, social...

-¿Qué supone esas diferencias?

-Los rasgos emocionales más asociados a cada diagnóstico son ligeramente diferentes y la intervención que requieren en el aula, también. De ahí la importancia de un buen diagnóstico que recoja el tipo de alta capacidad del niño, así como los puntos débiles en el aspecto emocional o social, si los hay, y que deben ser integrados en la intervención que se plantee en la escuela. Por ejemplo, en un niño con altas capacidades y problemas a la hora de relacionarse es más adecuada una intervención en pequeño grupo dentro del aula que intervenciones que impliquen trabajar solo y diferenciado del resto.

-¿Se llega a detectar a todos estos chavales en el aula?

-En absoluto. Si bien hay comportamientos que suelen mostrar en el día a día escolar, a menudo pasan desapercibidos para los profesores. Son niños curiosos, suelen hacerse muchas preguntas sobre temas diversos, razonan muy bien y aprenden rápidamente, a menudo muestran intereses poco habituales para su edad y son autónomos al aprender áreas de su interés -¡no en todo!-. Cuando reúnen esas características hay más posibilidades de que sean detectados. Pero cuando aparecen problemas de comportamiento por carencia de retos o el rendimiento escolar es bajo o la motivación hacia lo escolar es deficitaria o hay problemas en el aspecto social, es difícil que se piense que parte puede tener que ver con unas altas capacidades no detectadas y, por lo tanto, no atendidas.

-¿Son habituales las situaciones problemáticas en estos niños?

-En algunos, pero no en todos.

-Y una vez detectado, ¿cuál es el paso siguiente, el diagnóstico?

-Cuando la familia o la escuela reúne evidencia suficiente para pensar en que puede ser un niño o una niña dotado de altas capacidades es importante realizar el diagnóstico para confirmar o no las sospechas, determinar el tipo y aplicar las medidas apropiadas en el ámbito escolar y terapéutico, si esto último fuera necesario, que no es siempre.

-¿Cuándo llega a ser necesaria la intervención terapéutica?

-Cuando alguno de los rasgos dificultan el día a día y la felicidad del niño. Es decir, cuando a través de intervenciones escolares no es suficiente para, por ejemplo, ayudarles a tolerar las frustraciones, cuando es necesario trabajar habilidades sociales para conseguir que se integre en el grupo o cuando no ha adquirido unos correctos hábitos de estudio -y ahí reside una de las causas del fracaso escolar-.

-¿Se está diagnosticando adecuadamente?

-Cada vez más, pero estamos lejos de tener detectados el 2% de niños dotados de altas capacidades que se estima que existen.

-¿A qué se debe esto?

-Un gran número de casos creo que corresponde a una falta de una primera detección en el aula o por la familia. No creo que los profesionales de la educación tengan información clara sobre cuáles son esos rasgos y a menudo corren muchos mitos que dificultan la identificación. Los mitos e ideas estereotipadas que circulan alrededor de las altas capacidades creo que dificultan el diagnóstico.

-¿Cuánto se tarda en realizar el diagnóstico?

-La demora entre que la familia o la escuela solicita evaluación y esta se realiza es larga.

-¿Es necesario este diagnóstico para la intervención en el aula?

-Es básico e imprescindible, pues no todos los tipos de altas capacidades necesitan lo mismo. No hay una fórmula general para atender a estos chicos; en función del tipo de altas capacidades, su estilo de aprendizaje, la presencia o no de problemas emocionales o sociales, el abordaje es muy diferente.

-Y una vez determinado que un alumno es de altas capacidades, ¿qué pueden hacer los docentes?

-Conseguir introducir actividades que supongan reto y el desafío necesario para que se den los aprendizajes, ya que la falta de estos a menudo acaba en una fuerte insatisfacción escolar. Permitirse experimentar nuevas maneras de enseñar y optar por una actitud creativa y flexible a la hora de afrontar el día a día en el aula.

-¿Eso coincide con lo que hacen los centros pitiusos?

-Se realizan cada vez más intervenciones con estos chicos en distintos centros educativos de Eivissa y Formentera, aunque el cambio es lento y queda mucho camino por andar.

-¿Cuáles considera los principales errores que se cometen?

-Dejarse llevar por multitud de mitos que circulan alrededor de las altas capacidades y, como consecuencia, caer en actitudes tan desafortunadas como pensar que estos niños no necesitan ayuda o apoyo en su día a día escolar. Esta negación supone un gran agravio hacia ellos, además del daño emocional consecuente.

-La presidenta de Actef, Esperanza Marquès, decía que la mayoría de superdotados pasan por la etapa educativa sin una atención especial. ¿A qué se debe?

-A su no detección, a no creer que la intervención es necesaria e imprescindible y al desconocimiento de cómo realizar la intervención por parte de los docentes.

-¿Y es posible en un aula de 25 a 35 alumnos, según el nivel, dar una respuesta ajustada a sus necesidades?

-Por supuesto que sí. Si no se quieren hacer cambios, es imposible atender la diversidad que los profesores tienen en el aula. A menudo supone cambiar las dinámicas escolares actuales, si no, no es posible. Además, los niños con altas capacidades pueden ser unos buenos dinamizadores del aprendizaje si se les impulsa de un modo adecuado. De hecho, finalmente todo el grupo puede beneficiarse.

-¿Pero hay recursos suficientes, que es una demanda de Actef?

-A menudo no es tanto una cuestión de recursos como de estar convencido de que la intervención es necesaria y adoptar una actitud flexible y creativa. Con ganas es posible, aunque cuantos más recursos, más sencillo es.

-¿Cree que adelantar de curso a estos chavales es una opción?

-La aceleración es una opción; no es la única, pero tampoco un error. Depende del caso. Supone introducir un gran reto y eso es muy motivador cuando los niños necesitan una medida de este impacto, y se valora que estén preparados emocional y socialmente. Además, olvidamos que a menudo son chicos que se relacionan con más facilidad con niños mayores cronológicamente o que razonan de un modo maduro. Tengo la sensación de que a menudo no se realizan más aceleraciones por miedo que por motivos reales que desaconsejen esta estrategia.

-¿Se aplica en las Pitiusas?

-En Eivissa no suelen acelerarse demasiados niños. En Cataluña es más habitual y va en aumento.