El grupo de PSOE-Pacte de Vila criticó ayer que el pliego de condiciones del concurso de la nueva contrata de limpieza y recogida de basura del municipio es «una subasta encubierta», en la que «se incentivan ofertas bajas y de poca calidad técnica», en lugar de mejoras en la prestación del servicio». Aparte de que los criterios de valoración causan «confusión e indefensión», el concejal de PSOE-Pacte Marc Costa explicó que uno de los baremos de puntuación que destaca es el de la renuncia a la revisión de precios durante los 10 años de vigencia de la contrata, lo cual puede implicar «un desequilibrio económico que solo irá en detrimento del salario y en una reducción de la calidad del servicio en el trabajo de los operarios».

La portavoz del PSOE-Pacte, Lurdes Costa, advirtió de que, con estas condiciones, «en no muy poco tiempo» se podría producir en Vila el mismo problema que se vivió en Madrid con la huelga del servicio de limpieza, «con una contrata a la baja y con un ERE a los trabajadores». «No quiero imaginarme las calles de la ciudad llenas de basura en plena temporada», indicó la exalcaldesa, que ofreció una rueda de prensa junto al concejal.

Precisamente, el PSOE-Pacte reclama al equipo de gobierno en sus alegaciones al pliego de la contrata que equipare los derechos de la plantilla que preste este servicio a los que ostenta el personal laboral del Consistorio, tal y como se ha hecho en las últimas contratas adjudicadas: la de la zona azul de aparcamiento y la de iluminación pública. Ahora, en cambio, con la contrata de limpieza, el Consistorio obliga al concesionario a asumir a los trabajadores que actualmente prestan el servicio, pero no exige que se apliquen los mismos derechos que tiene el personal laboral. La portavoz de PSOE-Pacte advirtió de que esta situación «discriminatoria» causará «conflictos laborales».

En cuanto a las cuestiones más técnicas del pliego, Lurdes Costa considera «un escándalo» que el pliego dé pie a que la concesionaria pueda utilizar maquinaria de «segunda mano». «Se pueden destinar a Ibiza vehículos usados de contratos residuales de otros lugares. La ciudad merece la maquinaria más novedosa y que menos ruido genere», destacó, al tiempo que recordó que la vida útil de un vehículo de este tipo es de entre «ocho y diez años» y que, en los últimos tres años, tras prorrogar la actual concesión, el Consistorio se ha visto obligado a revisar los precios debido a los gastos que ha tenido que afrontar la concesionaria en la reparación de vehículos.

Solo carga por un lado

El grupo mayoritario de la oposición también ha alegado contra la decisión de mantener los camiones de carga lateral, en lugar de bilateral (como contemplaba el pliego de condiciones que dejó el anterior gobierno progresista, pero que el PP anuló), lo que «condena a la mitad de la población» (comerciantes y vecinos del margen derecho de las calles) a sufrir «para siempre» las molestias de la recogida de basura.

Además, Costa criticó que se mantengan los contenedores soterrados que, por culpa de las filtraciones de agua que averían el sistema eléctrico, casi nunca funcionan, con el gasto que ello conlleva. De hecho, los progresistas consideran que la negativa a sustituir estos contenedores por otros que funcionen con un sistema mecánico, no eléctrico (así lo establecía el pliego anulado por el equipo de gobierno), «puede suponer una malversación de fondos públicos».

Otra de las cuestiones que destacan es que el pliego de condiciones «incumple» los objetivos de reciclaje (el porcentaje de recogida selectiva) que marca el Plan Director de Residuos aprobado por el Consell en 2001. En sus alegaciones, el PSOE-Pacte sostiene que al no fijar unos parámetros de recuperación, cuyo techo sea el que marca el citado plan, provocará «una reducción de los ingresos que percibirá el Ayuntamiento en concepto de recuperación por venta de material valorizable» y, con ello, una merma de lo que reciclan los ciudadanos.

Por todo ello, Lurdes Costa denunció que se trata de «un mal pliego» que se ha hecho a «la carrera» con «un claro objetivo electoralista y no por la búsqueda de la mejora del servicio de limpieza, uno de los principales problemas de la ciudad». También criticó «el desprecio» del equipo de gobierno al no responder si quiera al escrito en el que pedía que se ampliara el plazo de presentación de alegaciones al coincidir con días festivos.