El poeta y ensayista Enrique Juncosa (Palma de Mallorca, 1961) ha estado al frente del Irish Museum of Modern Art (IMMA) de Dublín de 2003 a 2011 y anteriormente fue subdirector del Reina Sofía y del IVAM. Desde hace dos años reside en Ibiza, aunque pasa temporadas fuera de la isla, especialmente para «encerrarse y escribir». De varios de esos ´encierros´ ha nacido ´Los hedonistas´ (Ed. Los libros del lince), un libro de relatos que transporta al lector a lugares exóticos y permite observar a personajes reales, como escritores y artistas, en su vida cotidiana. Además, este mes se inaugura en Ibiza la exposición de Joan Miró ´La luz de la noche´, comisariada por él. Se ha convertido en un estrecho colaborador del Museo de Arte Contemporáneo de Eivissa (MACE), donde ha organizado ciclos de poesía, además de comisariar la muestra con la que reabrió sus puertas en 2012. Ahora se convertirá en miembro del consejo asesor.

-Ha presentado ´Los hedonistas´ en Mallorca. ¿Cómo han acogido el libro?

-Muy bien...estoy muy contento.

-Y las próximas presentaciones serán en Barcelona, con Miquel Barceló, y en Madrid, con Vicente Molina Foix.

-En Barcelona se presentó el 10 de abril y el 13 de mayo en Madrid. El 7 de mayo lo voy a presentar en Ibiza en Hipérbole con Julio Herranz .

-En España el relato arrastra una inmerecida fama de género menor dentro de la narrativa, algo que no sucede en el mundo anglosajón. ¿Está de acuerdo?

-No sucede en todo el mundo hispánico... en Argentina sí que se considera mucho el relato. Lo mejor de Borges y Cortázar son los relatos. Pero es cierto que en España no hay una tradición tan grande. He hablado con escritores amigos y todo el mundo me decía: «No escribas relatos que no te los va a publicar nadie». Los editores, antes de enviárselos, cuando les decía que tenía un libro de cuentos, me respondían: «¿Y no tienes una novela?» Me han dicho que el relato se vende incluso menos que la poesía.

-¿Menos que la poesía?

-Como lector me encantan los relatos. Me da más miedo coger una novela de 500 páginas. El relato es más próximo al poema, porque como con la poesía, exige una precisión, una condensación, una elipsis... En una novela los personajes tienen que estar muy bien definidos. En un cuento a lo mejor se define solo un personaje. Creo que la gente cree que un relato es algo que escribes un fin de semana.

-Hay una conexión entre su libro y la exposición sobre Miró que ha comisariado y que se verá en el MACE. Es en ese relato basado en una impactante historia real narrada por Pilar Juncosa, su tía abuela y mujer de Joan Miró. ¿Conoció al pintor?

-Recuerdo ir de niño a su casa. Nadábamos en la piscina antes de que empezasen las vacaciones. Pero él estaba siempre trabajando. Cuando me hice un poco mayor prefería irme con mis amigos que ir con mi madre a la piscina... Cuando él murió yo tenía 21 o 22 años... Un día fui a hablar con mi tía abuela para que me contase cosas de sus recuerdos de otros artistas y escritores. Una de las cosas que me contó fue esa historia del relato. No podría haberlo escrito como ensayo porque cuando me lo contó no pensaba en escribirlo, así que me faltaban detalles. Por eso he escrito un relato con parte de ficción. Me gustaba la idea.

-También hay un relato de Somerset Maugham...

-Tanto en este como en el de mi tía abuela me interesaba hablar de las parejas de los artistas. La gente a veces se olvida de estos personajes. En el caso de Maugham la historia está contada a través de su ´amigo´. Lo presentaba como su secretario porque en aquella época lo de vivir con un hombre no estaba... Vivieron juntos como 30 años pero no aparece en ninguna parte. Con Miró me gustaba la idea de contar esa historia de su mujer con la niña durante la guerra, mientras él estaba encerrado pintando y ella, en su soledad, la soledad que supone vivir con un artista.

-Me ha gustado el relato sobre Jean Seberg en Andratx y su relación con un niño que podría haber sido usted. Vicente Molina Foix lo califica en el prólogo de ´Los hedonistas´ como «una de las obras maestras de la colección de cuentos».

-Mi vecina durante dos años en el puerto de Andratx, cuando yo era un niño, fue Jean Seberg... pero no tengo ningún recuerdo de ella. Lo que hice fue leer los sucesos de su vida en aquel momento... Era una mujer muy de izquierdas, ligada al partido comunista. En América había ayudado en la lucha de los Black Panthers, los Panteras negras, un grupo radical, y dijeron que ella estaba embarazada de su líder. En aquella época no había matrimonios interraciales, así que una relación así era algo muy fuerte. Hicieron una campaña contra ella, remarcando que estaba casada con otro pero embarazada del líder negro y ella, que además tenía problemas de alcoholismo, perdió el bebé que esperaba. Estaba tan desquiciada que hizo una rueda de prensa para enseñar que el cadáver era blanco.

-¿En serio?

-Se suicidó a los pocos años... Me parece una persona muy atractiva, ya no solo físicamente sino como personaje. Hizo unas películas muy buenas, como la de Godard, que es algo mítico [´Al final de la escapada´], y estaba muy comprometida con muchas causas. Imaginé cómo habría sido encontrármela de niño en alguna de aquellas casitas de la playa, cada día. Pero el relato es ficción. Era una actriz americana distinta. Las había que tenían muchos amantes como ella, pero se casaban con millonarios... no con activistas políticos o intelectuales. Es una mujer que me gusta mucho como personaje. Hay gente que dice que no se suicidó sino que la mató la CIA porque era una persona ´incómoda´.

-En ese relato me ha parecido muy interesante la escena en la que Romain Gary se inventa la existencia de un libro y un tertuliano dice que lo ha leído e incluso opina sobre él. Una descripción perfecta del ´postureo´ intelectual.

-Los franceses son especialmente así.... en Inglaterra uno no dice nunca que es un intelectual, se considera una cosa muy rara decirlo. En cambio, en Francia es una palabra coloquial... que Sartre definió como ´aquellos que se meten donde no les llaman´. En Francia y en España es más normal que los escritores opinen de todo, aunque no sepan. En el mundo anglosajón, cuando hay programas de discusión, los que aparecen son catedráticos de Cambridge u otra universidad, que se ha dedicado ampliamente al tema del que se habla. La gente opina de todo en España.

-Tertulianos fijos que hablan de lo que sea....

-En lugar de traer a un especialista que haya escrito doce libros sobre la economía de Sudán, por ejemplo [ríe].

-Hemos hablado de los relatos de Seberg y Joan Miró. ¿Hay una temática común en los cuentos?

-Me apetecía escribir cosas del sudeste asiático porque es un sitio al que he ido mucho y me gusta. Hay muchos relatos que transcurren allí y también me apetecía escribir de otros artistas. Pensé escribir sobre escritores o artistas, gente creativa, personajes reales. En un momento me decidí incluso por escribir dos libros, uno sobre personajes reales y otro sobre el sudeste asiático, pero luego me gustaba que estuviesen mezclados.

-Es poeta, ensayista y este es su primer libro de narrativa. Creo que también está preparando una novela. ¿Es el camino que quiere seguir?

-Claro, dejé el museo de Irlanda para escribir. Pero todo lleva su ritmo. Tengo un segundo libro entregado al editor, que se puede describir como novela, aunque es un libro de episodios con un solo personaje. Ya está hecho. Además estoy trabajando en otro libro más voluminoso, que sí es estrictamente una novela. Intentaré coger julio y agosto para terminarla. A la vez organizo exposiciones, publiqué un libro de poemas en noviembre, una recopilación de ensayos, una traducción...

-Muchas cosas...

-Y he empezado a escribir en prensa... Pero se puede decir que estoy centrado en escribir.

-¿En este libro hay ningún relato escrito en Ibiza?

-Había un relato que transcurría en Ibiza pero lo he quitado del libro, me parecía que no terminaba de funcionar.

-¿Ha escrito la novela en la isla?

-El libro que acabo de enviar a la editorial lo escribí en Estados Unidos el año pasado, en la Fundación Albers, y la novela en Argentina. Me va muy bien encerrarme para escribir y aquí, como estoy más centrado en el arte, no me acabo de encerrar... Sí escribo artículos, traducciones, textos para catálogos... Para escribir prefiero ir a un sitio donde no haya teléfono, encerrarme... En Ibiza podría hacerlo si no tuviese que hacer tantas otras cosas. Este verano me iré a Cantabria en julio y agosto.

-En el libro explica que escribió varios relatos en Pisueña.

-Allí me encierro en una casita a la que solo voy en agosto, una antigua cuadra donde tenían vacas, con un tejado a dos aguas de pizarra, en medio de una montaña. Es un lugar espectacular.

-Es el comisario de una de las exposiciones que más expectativas ha creado en Balears, ´La luz de la noche', de Joan Miró, que se inaugura en Ibiza el 30 de este mes hasta el 15 de agosto.

-Nunca hasta ahora se había organizado una exposición de Miró en Ibiza y Menorca, a pesar de la cercanía con la Fundación. Así que pensé que sería una buena idea, la planteé al Institut de Estudis Baleàrics, a la Fundación y a la familia y les pareció muy bien. Además hay varias obras que nunca antes se habían expuesto, de diferentes colecciones privadas. El título ´La luz de la noche´ lo tomo de un libro del ensayista italiano Pietro Citati, un intelectual italiano a la antigua, mayor, cultísimo. El ensayo habla de la tradición de lo espiritual en todas las culturas.

-Además no es una exposición exclusivamente de lienzos.

-Son como cincuenta obras, de las que 35 son pinturas, unas catorce esculturas y un tapiz de cinco metros.

-¿Habrá actividades complementarias?

-Sí, tenemos pendiente de confirmar el concierto de un pianista y también una mesa redonda con artistas.

-¿Y están previstas visitas escolares?

-Sí, me han dicho que está todo ´vendido´. Todos los días disponibles ya están llenos.

-La capacidad de Joan Miró para atraer al público es realmente increíble ¿Qué destacaría de él, qué tiene de especial su obra?

-Es uno de los artistas más importantes y es realmente muy conocido. Hay artistas que tienen ´momentos´, pero Miró se ha mantenido siempre. Del surrealismo es el artista más importante. Dalí es también muy popular pero a lo mejor tiene un prestigio crítico más discutido. Siempre hay colas en sus exposiciones, ¡no sabes cuántas exposiciones hay cada año de Miró en el mundo, una detrás de otra... Tokio, Estambul, Buenos Aires, México! Es estupendo tener esta exposición aquí.

-Cuando hablamos hace dos años acababa de instalarse en Ibiza. ¿Qué balance personal hace de este período? ¿Echa en falta algo en la isla?

-Estoy contento. El primer año fue más difícil porque eran muchos cambios para mí, personal y profesionalmente. Aunque ya había publicado crítica y poesía no sabía muy bien qué iba a salir [de su apuesta por ser escritor]. Pero ahora que estoy trabajando en proyectos de arte continuamente, que me están saliendo trabajos, que tengo dos libros ya y el tercero en marcha... Estoy contento. Ibiza me gusta pero es cierto que a veces echo de menos la vida de ciudad..., donde hay teatros, óperas, exposiciones...

-Instalarse en Ibiza puede dar la impresión errónea de ´retiro dorado lejos del mundanal ruido´... Su caso es la prueba de que no es así.

-Estoy trabajando bastante y estoy contento.

-¿Seguirá en Ibiza?

-Sí.

-Se ha convertido en un estrecho colaborador de la directora del MACE, Elena Ruiz Sastre. Ha organizado varios encuentros poéticos en el museo, comisarió la primera exposición tras la reapertura [Flanagan-Barceló], ahora la de Joan Miró...

-Creo que Elena es una persona muy brillante y me gusta trabajar con ella. Ella me pidió la exposición de Barceló-Flanagan... entonces no nos conocíamos. Ahora me han nombrado miembro de la comisión asesora del museo. En mayo se celebrará la primera reunión. Y estamos ya en el tercer ciclo de poesía en el museo...

-¿Van a continuar?

„Sí, estamos cerrando ya el próximo. Nos falta por confirmar un poeta, pero ya tenemos a Clara Janés y Blanca Andreu. Se celebrará los tres primeros jueves de octubre.