El colegio público de Buscastell es una gran familia en la que sus 40 alumnos, de entre 3 y 12 años, realizan numerosas actividades juntos, aprendiendo los unos de los otros. Durante unas semanas se ha unido ellos el escultor galés Gerry Clark, residente en la isla desde hace 32 años, que se ha embarcado con los pequeños en la creación de un gran mural de cerámica en el que la naturaleza de Ibiza es protagonista. «Hay muchísimo feed back con los chavales. El entusiasmo y las ideas que se les ocurren son fantásticas y más aún ver cómo disfrutan trabajando el barro», explica el escultor, que les explica en inglés sencillas técnicas de modelado con arcilla, con excelentes resultados. «Cuando comencé les dije que lo más importante de todo es que se lo pasen bien, que no piensen en este momento como una lección dura que aprender. Deben disfrutar y eso se trasmitirá en las piezas», añade.

El artista ha dibujado unos bocetos del conjunto de cada mural y de cada una de las piezas para trasladarlos al barro, pero insiste en que solo son un punto de partida. «No lo tienen que seguir al cien por cien», apunta. Es más, «las aportaciones de los pequeños son fantásticas», recalca el escultor, que se ha ganado a los pequeños con su simpatía. «Es una persona muy humana, creativa y cercana a los niños», subraya la directora del centro, Ana Hernández, en nombre de todos los profesores, tanto de Buscastell como de Sant Mateu, que han trabajado con él estas semanas.

Así, este trabajo, que combina creatividad, valores medioambientales y aprendizaje de inglés, es un proyecto conjunto entre las escuelas de Sant Mateu y Buscastell. Hernández explica que ambos centros participan en el Proyecto piloto plurilingüe «que conlleva realizar diferentes sesiones en inglés dentro de las áreas de Matemáticas, Conocimiento del medio y Plástica». La directora del centro de Buscastell añade que trabajan la asignatura de Plástica en talleres en los que se mezclan alumnos de diferentes edades. «Este año teníamos interés en trabajar técnicas de volumen y pensamos que el barro podría ser un elemento muy motivador para los niños», apunta.

Todo el proyecto se ha hecho en inglés como lengua vehicular y ha incluido el estudio de la cerámica a través del tiempo, así como de la obra del artista empleando entrevistas, power points y exposiciones.

El resultado final de la parte práctica de la actividad serán sendos murales de 1,6 por 2 metros elaborados con las 40 piezas que han creado en cada centro. En el caso de Sant Mateu, el motivo central del mural es el campo ibicenco, mientras que en el de Buscastell han trabajado el mundo subacuático, con el objetivo de que los niños se conciencien de la necesidad de proteger toda la vida y maravillas que hay en las profundidades del mar. «Estos niños serán los que tengan que ocuparse de la protección del medioambiente en el futuro», apunta Clark.

Hernández Rubio asegura que para los dos centros es muy importante trabajar con creadores de la isla. Ya tienen experiencia al respecto, porque en cursos anteriores han colaborado con artistas como Júlia Ribas, Julio Bauzá o Romanie Sánchez. El poeta Ben Clark, que visita el taller de su padre en el colegio, apunta que le encantaría realizar también alguna actividad con los alumnos.

«La idea de contactar con Gerry Clark, un artista, además, muy interesado por la cultura tradicional ibicenca, surgió porque nos gusta mucho su trabajo. Con él hemos aprendido cómo trabajar el barro desde la sencillez, tanto en técnicas como en materiales, con un excelente resultado», subraya la directora del centro.

Oficios tradicionales

Otro de los objetivos de la actividad es poner en contacto a los niños con oficios que están perdiendo, como el de alfarero. «Se ha creado un ambiente de trabajo relajado, Gerry ha provocado en nosotros sonrisas, como con su obra. Los niños se han sentido motivados en todo momento, el inglés se ha integrado de una manera natural en el aula, y hemos disfrutado al compartir todos con Gerry estas sesiones y caminar de su mano por el mundo de los bosques, campos y por el mar ibicenco», añade la directora, una apreciación que comparten las profesoras de los dos centros.

Mientras Clark y Hernández Rubio explican el proyecto, los alumnos mayores continúan con el modelado de las piezas más grandes de cada una de las placas que están creando para el mural. Los pequeños les ayudan con los detalles. Así, los alumnos de esta actividad, de entre 3 y 12 años, trabajan por parejas cada placa. El mayor asume el papel de ´padrino´ y el pequeño es su ´ahijado´. Se ayudan y colaboran para conseguir el mejor resultado.

Cristina, de diez años, es la ´madrina´ de Seamus, de cinco, que deletrea su nombre de carrerilla ante las evidentes dificultades de la periodista para escribirlo bien. «Cuando terminemos juntaremos las de todos y haremos un mural gigante, como un puzzle», explica Cristina, que señala en su baldosa una casa payesa, varios cactus y una montaña con unas ovejas. Cristina y Seamus han elaborado las placas 21 y 22 y ahora trabajan en la nueve.

Todas las piezas están perfectamente numeradas para que no se pierda el orden después de cocerlas y poder colocarlas en el lugar preciso del gran mural. «Hemos hecho peces, peces y muchos peces», remarca Seamus, al que le encanta mancharse las manos con el barro y «hacer las formas».

Eva, de diez años, esta trabajando una pieza sobre la fauna y flora del fondo marino. «Gerry nos hace este dibujo y nosotros lo copiamos lo mejor que podemos», explica entre risas. El escultor matiza que los niños usan como base el dibujo pero pueden echar a volar su imaginación al infinito. Además, como todos los talleres con Clark son en inglés, Eva ha aprendido algunas palabras como clay (arcilla), fishes (peces) o house (casa).

Nohaila, de 11 años, pasa el barro a través de un colador, de forma que los filamentos resultantes parecen un coral. Ella es la ´madrina´ de Sonia, que se cuenta los dedos de la mano para desvelar que tiene «¡cinco años!». La pequeña está realmente concentrada en la tarea de ir pegando pequeñas piezas en su mundo submarino.

Las profesoras de Buscastell que participan en la actividad son Isabel Cárdenas, Sonia Roselló, Thalia Markakis y la directora, Ana Hernández. En Sant Mateu se han ocupado del taller de cerámica Cati Campos, Dolors Rovira, Lola Cantero y Lina Juan, que es la coordinadora.