El director del Anuario de la Educación, Martí March, considera fundamental y urgente que «se calme» la conflictividad en la que se ha sumido el sistema educativo de Balears esta legislatura debido a los recortes y sobre todo a la aplicación del Tratamiento Integrado de Lenguas, que resta horas lectivas al catalán para ampliar las de castellano e inglés, y que suscita el rechazo de docentes y asociaciones de padres. March reclama que se recupere «la complicidad con los educadores»: «No se puede hacer política educativa con un enfrentamiento como el que se está viviendo aquí. Esto no es bueno ni para los padres ni para los profesores ni los alumnos ni la sociedad en general», advierte este catedrático.

«Este es un curso malo. No se puede hacer una buena educación con un docente desmoralizado, eso lo puedo asegurar, soy docente. Un docente desmoralizado no rinde lo que debería, no puede motivar. Es un curso muy conflictivo, con falta de diálogo entre la Administración y la comunidad educativa. Para mí esto es un desastre», concluye sin ocultar su pesadumbre.