El teatro de la residencia Reina Sofía quedó abarrotado de personas que quisieron sumarse al sencillo pero emotivo homenaje que el Consell de Ibiza y el obispado de la diócesis decidieron tributar al sacerdote y escritor Josep Planells, Pep Negre, recientemente galardonado con el Premi Ramon Llull del Govern balear.

El homenajeado, que no pudo recoger en Palma el premio debido a su avanzada edad, recibió en su lugar de residencia el afectuoso agradecimiento de sus compañeros, familiares y amigos, además de autoridades.

El presidente del Consell, Vicent Serra, destacó que la poesía de Planells «demuestra religiosidad y espiritualidad», pero al mismo tiempo «un gran arraigo a la tierra». Su obra permite «revivir los cambios producidos en Ibiza con el paso del tiempo».

Serra afirmó que, a pesar de que al trasladarse a la residencia Reina Sofía «dejó un gran vacío en Sant Rafel entre sus amigos y vecinos», ello se vio compensado con su presencia en este centro, «donde no ha pasado desapercibido y los internos pueden gozar de su personalidad».

El propio galardonado, pese a su delicado estado de salud, agradeció personalmente a los presentes su asistencia al acto y se alegró de «poder compartir con todos este premio». «No pude ir a Mallorca porque iba un poco cojo, o cojo del todo en realidad», se disculpó desde su silla de ruedas.

El obispo de la diócesis de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura, consideró que el premio otorgado por la Comunitat Autònoma es «una decisión de justicia» pues «reconoce una realidad».

«Desde pequeño se sintió arraigado a su tierra y fue creciendo en sabiduría humana y cristiana», manifestó el prelado, quien añadió que la vida de Planells en el campo y el contacto con su paisaje «influyó en su persona». «Fue un paisaje que conoció y amó», indicó el obispo. Fue este hecho, junto con la «llamada» religiosa que escuchó en su momento, lo que acabaría forjando la personalidad de este escritor, autor de obras tanto en verso como en prosa y que ha sabido conectar con las clases más populares del campo ibicenco.

Vicente Juan Segura subrayó la humanidad de Planells recordando una anécdota vivida cuando el obispo participaba en sus primeros ejercicios espirituales en el monasterio de es Cubells. «De repente, cogió un bolígrafo y una servilleta de papel y en ella me escribió una poesía, que todavía conservo», rememoró.

Las residencias de ancianos

El prelado hizo luego una encendida defensa de las residencias de ancianos -el obispado dirige el centro Reina Sofía- y afirmó: «Estar en una residencia es una bendición, porque los ancianos son personas extraordinarias».

Citando las Sagradas Escrituras, el jefe de la iglesia católica en las Pitiusas dijo que en ellas «se encuentran muchas enseñanzas de las personas mayores». También leyó pasajes de una carta del papa Juan Pablo II dedicada expresamente a este tipo de centros, a los que el pontífice polaco tenía en alta consideración. «Es un escrito que leo a menudo, no solo por mi ministerio pastoral, sino también para ir preparándome», afirmó el obispo.

Tras este sencillo acto, los asistentes al mismo participaron en un aperitivo servido en las dependencias de la residencia.