La treintena de entidades que conforman la Plataforma por la Educación (de las asociaciones de padres a la de directores, pasando por el Cercle d´Economia, la UIB y Escola Católica, entre otras) no tiran la toalla y han decidido volver a centrar sus esfuerzos en su objetivo primigenio: lograr un pacto por la educación. Y por ello creen que es el momento de «dejar de lado la confrontación».

Los representantes ya trabajan buscando el apoyo de más agentes sociales y de los diferentes partidos, pero ayer aclararon que ya dan por perdida lo que queda de legislatura del Govern Bauzá, con el que rompieron relaciones en junio del año pasado. Su plan de acción para lograr ese pacto fija como fecha de partida las próximas elecciones y establece un plan de cinco años según el cual en 2021 ya se habrá podido «dar un giro» al sistema educativo balear.

«No es difícil conseguirlo», aseguró Manel Perelló en nombre del Cercle d´Economia, y diagnosticó que aunque hay buenos profesores y se llevan a cabo buenas prácticas y experiencias, el sistema se caracteriza por la ineficiencia y por ello es necesaria «más coordinación y dirección». Para la Plataforma esta ineficiencia es fruto de «una enfermedad moral» que lleva a la sociedad a utilizar la educación «para enfrentarnos» y a buscar en «los otros» la causa del fracaso. Y el resultado es un sistema «secuestrado» y «bloqueado».