El luto y las imágenes del dolor en los rostros tomaron ayer los alrededores del parque de la Paz de Vila en la última de las citas del carnaval ibicenco, el entierro de la sardina, organizado como ya es tradición por la Asociación de Vecinos des Clot.

La comitiva recorrió la avenida de Isidor Macabich hasta el parque con la sardina a hombros y entre las lágrimas de las plañideras hasta el lugar donde la asociación había preparado, para atenuar la pena, una torrada popular de sardinas.

obre el escenario, los miembros de la asociación hicieron una nueva demostración de bailes de revista y cabaret para dejar paso después a Ricardito y sus ritmos latinos.

El carnaval de Vila ya ha terminado y hay que empezar a pensar en el del año que viene.