Lina Marí no para. Lleva desde las nueve de la mañana con sus compañeros de la junta directiva de la Asociación de Vecinos de Sa Capelleta preparando tortillas y más tortillas, colocando mesas y ayudando en la intendencia y ahora, cuando ya hay cola para llevarse una ración, llegan los medios de comunicación y no paran de hacerle entrevistas. Y es que el tradicional Dijous Llarder no sería lo mismo sin este grupo de vecinos que, con el apoyo económico del Ayuntamiento de Vila, reparten centenares de raciones entre los vecinos que se acercan a Vara de Rey desde hace doce años. Pero mucho antes de empezar a colaborar con el Consistorio, los vecinos ya hacían tortillas para el barrio. «Puede hacer más de 40 años», explica Marí, que es tan eficiente que hasta se ha elaborado una chuleta con todos los datos que machaconamente, año a año, le preguntan los periodistas.

«Hemos preparado 300 tortillas, que son 2.500 raciones, para lo que hemos empleado 125 kilos de patata, 2o kilos de cebolla, 30 de pimientos, 15 de espárragos, 45 litros de aceite, 150 litros de huevina y 36 panes». Todo elaborado por cocineros profesionales «que han trabajado muy duro todo el día para la fiesta», subraya. Son Miguel Llabrés, Ángeles y Francisco Lavilla y Víctor Marí. «Pero el trabajo comenzó hace días, con la compra de ingredientes y todo el material necesario», puntualiza Rosa María Juan, también de la asociación.

Mientras se reparten las tortillas, en la carpa de Vara de Rey la ´Discomóvil infantil´ congrega a las familias. Las madres, sobre todo, se lo pasan pipa bailando con los peques y al poco rato la carpa es un hervidero, literal, de calorcillo humano. Los disfraces proliferan, pero llama la atención la sobredosis de princesas (ellas) y superhéroes (ellos) con alguna incursión un poco más imaginativa como un par de pulpos unisex.