La marea empujó el martes hasta la playa de s´Arenal (Sant Antoni) el cuerpo sin vida de un delfín listado (Stenella coeruleoalba) de apenas un metro de longitud. Sobre las 9.30 horas de la mañana, un agente de Medio Ambiente del Govern balear le tomó medidas e identificó de qué especie se trataba. El cetáceo acababa de ser retirado de la arena de la playa y colocado sobre un banco de piedra del paseo marítimo.

El animal no tenía heridas profundas, aunque ya carecía de ojos, que según los expertos de Medio Ambiente es lo primero que pierden. Precisamente, este tipo de cetáceo se caracteriza por tener dos franjas negras en cada costado que nacen en sus ojos y se dirigen hacia el área genital y la aleta pectoral. Tenía la dentadura intacta y había comenzado a descomponerse. El delfín era joven, ya que puede llegar a alcanzar hasta dos metros cuando son adultos, además de pesar hasta 150 kilos.

En Medio Ambiente desconocían las causas de su muerte, si bien advierten de que cuando hay viento fuerte de Poniente, como es el caso estos días, es habitual y normal ver sus cuerpos varados en el litoral pitiuso.

En lo que va de año 2014, Medio Ambiente tiene constancia de al menos cinco delfines varados en Eivissa y Formentera, un par de ellos mular (Tursiops truncatus) y el resto listado (el último, hace una semana en es Codolar). Incluso hace unos días fue avistado uno en ses Figueretes al que ayudaron a regresar al mar.

Y junto a los delfines, las olas también empujan hasta el litoral pitiuso a numerosos tiburones del tipo cañabota (Hexanchus griseus), como el que el pasado sábado fue hallado por dos italianos en Cala Gració prácticamente intacto, hasta el punto de que aún conservaba sus característicos ojos verdes vidriosos. El escualo seguía ayer en la playa debido a la dificultad de extraerlo del lugar donde quedó varado.