Después de años de inversión en educación -en los que se evidenció una clara mejoría y descendió de forma paulatina el abandono escolar-, los últimos recortes económicos y conflictos como el provocado por el Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL) dibujan un futuro «incierto» en el sistema educativo en las Pitiüses. Así lo manifestaron en la presentación, ayer a las 19 horas en la sede de la UIB de Ibiza y Formentera, de la décima edición de la décima edición del ‘Anuari de l’Educació’, que publican conjuntamente la Fundació Guillem Cifre de Colonya y la Universitat de les Illes Balears (UIB). El acto contó con la presencia del director del Anuari y catedrático en Sociología, Martí March, el presidente de la Fundación, Josep Antoni Cifre, y la doctora Gemma Tur, que representó a la UIB.

Incertidumbre y pacto educativo

Los resultados de los alumnos del archipiélago fueron «buenos» durante los últimos años. Sin embargo, los recortes del Govern y el conflicto educativo que ha abierto TIL hacen que el futuro sea «incierto», por lo que es necesario un «pacto educativo de mínimos». «Debe existir un consenso entre todas las fuerzas políticas y sociales porque es la única forma de tirar adelante un proyecto como el educativo, que es de todos. Si no es así, será una confrontación ideológica y política como en estos momentos», aseguró March, quien explicó que en Ibiza y Formentera no existen grandes diferencias respecto al resto de la Comunitat Autònoma.

«La principal diferencia [de las Pitiusas] es que tienen una realidad demográfica tan móvil y dinámica que es difícil consolidar un proyecto educativo. Es la zona que tiene una mayor movilidad de profesorado, y la educación necesita estabilidad. Debe existir un mínimo [de estabilidad] que haga posible la continuidad de los proyectos.

La doctora Gemma Tur, autora de dos de los textos sobre las Pitiusas que forman parte del Anuari (entre ellos su tesis doctoral), explicó que es evidente el progreso en aspectos cuantitativos en las islas (en Ibiza hay 37 centros educativos más que en el curso 2004/2005, y en Formentera, seis), pero que existe un riesgo de que se estanquen: «Hemos llegado a un punto muy incierto. El contexto de crisis permite los recortes y, además, la normativa legal que se está desarrollando hace que no se sepa qué pasará con el camino recorrido hasta el momento».

Tres problemas principales

Martí March destacó tres problemas principales en el sistema educativo en Balears «que frenan su modernización»: la inmigración (el más significativo según March), el abandono escolar y los resultados del informe PISA.

La educación balear ha recibido, en los últimos años, grandes inversiones de capital «que todavía no son suficientes». El archipiélago es, junto a las comunidades autónomas de Madrid y La Rioja, el territorio del Estado que más población foránea ha recibido en los últimos años, lo que ha provocado que entraran en el sistema educativo un gran número de niños y adolescentes con dificultades con el idioma. La situación derivó -según March- en un descenso de los resultados en términos generales, lo que hace que las necesidades se centren en inversiones cuantitativas, como nuevos centros escolares, frente a las mejoras con fines cualitativos.

«Esto hace que se sigan necesitando inversiones, a diferencia de lo que pasa en comunidades como Castilla y León o Galicia, donde la media de edad de la población es mayor. Ha imposibilitado que consigamos una modernización acorde con las necesidades del siglo XXI: un sistema de mayor calidad y que dé respuesta a la diversidad educativa y a los problemas reales», matizó March. Según los datos del Anuari, la ratio de extranjeros ha aumentado en Ibiza durante los últimos cuatro años en la escuela pública (1,2%), concertada (2%) y privada (9,9%), junto a un incremento considerable de los alumnos por aula.

Por otro lado, el sociólogo destacó el abandono escolar, ya que Balears es uno de los territorios en los que este factor tiene una mayor incidencia y, pese a que durante los años más duros de la crisis económica descendió cinco puntos, ha vuelto a repuntar. Asimismo, March se refirió a los resultados del informe PISA, que definió como «otra de las grandes catástrofes», y recordó que es necesario ser «prudentes en el análisis de las conclusiones»: «PISA solo tiene en cuenta una serie de indicadores y pone de manifiesto que los resultados en Balears han mejorado».

Discurso positivo

Pese a que muchos de los indicadores son negativos, March huyó del discurso catastrofista: «Es bueno saber que se hacen muchas cosas bien. Queremos poner en valor todo aquello que funciona. Hay muchos maestros, centros y consejos escolares que hacen muchas cosas y las hacen bien», indicó, y subrayó algunos datos del informe PISA: «Balears está al nivel de países como Estados Unidos o Israel, aunque no lo parezca. Pero no quiero hacer comparaciones, porque cada sistema depende de su entorno económico y social», sentenció.