Mañana entra en vigor la Ley de Símbolos que nació para eliminar de las fachadas de los centros educativos los lazos con las cuatro barras que se han convertido en símbolo de defensa de la lengua catalana. El viernes, dos días antes de que estos lazos pasen a estar proscritos, la conselleria de Educación remitió un texto a los colegios e institutos recordando a sus directores que serán multados si continúan estos «símbolos no permitidos».

Para los directores el problema es que no tienen claro cuáles serán los símbolos perseguidos. Antoni Morante, presidente de la asociación de directores Adesma, va más allá al asegurar que la ley ni siquiera define qué se entiende por símbolo. La normativa recoge que los símbolos permitidos son las banderas de la Comunitat, la española y la de Unión Europea y habla sobre los bienes muebles e inmuebles públicos.

Morante entiende que si los inspectores lo consideran prácticamente cualquier cosa que esté en la fachada, en el tablón de anuncios o incluso sobre una mesa podría ser susceptible de considerarse «símbolo no permitido». Esa arbitrariedad de la ley es lo que más inquieta a los directores, que serán, como les recordó la conselleria, los que tendrán que rascarse el bolsillo (la ley contempla multas de 10.000 euros) si Educación considera que su centro está luciendo algún símbolo de los no permitidos.