Alejandro, el adolescente en silla de ruedas que aún no ha comenzado el curso por la falta de un auxiliar técnico educativo (ATE), tendrá que esperar al menos una semana para poder incorporarse a las clases, según informaron ayer a sus padres después de reunirse con representantes de todas las instituciones implicadas en este caso. La conselleria de Educación contratará un auxiliar, pero el proceso puede alargarse más de dos meses, por lo que dentro de una semana intentarán dar a la familia una solución provisional. Además de los padres y la tía de Alejandro, al encuentro, que duró cerca de hora y media, asistieron el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Serra; la consellera insular de Bienestar Social, Mercedes Prats; la delegada de la conselleria balear de Educación en Ibiza, Mercedes Prats; la concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Ibiza, Miryam Valladolid, y la presidenta de la Asociación de Personas con Necesidades Especiales de Ibiza y Formentera (Apneef), Susi Fresneda.

Aunque esperanzados en que su hijo podrá incorporarse pronto a clase, la familia de Alejandro salió de la reunión desilusionada, ya que confiaban en que el problema quedara resuelto ayer mismo, algo que no sucedió.

«El problema es que falta un auxiliar en el horario de este chico. Si el ciclo formativo que ha escogido fuera por la mañana no habría habido problema porque la mañana está cubierta», apuntó Serra, que insistió en que las tres instituciones se han comprometido «a intentar buscar una solución inmediata hasta que se incorpore una ATE más». El presidente del Consell reconoció que esta solución provisional no está decidida y, aunque destacó que hay diferentes opciones, «hay que hablar para aclararlo». Tanto él como la delegada de la conselleria afirmaron que no se trata de una cuestión económica, sino de «trámites» y «burocracia».

La familia propone que durante el tiempo que tarde en llegar este tercer auxiliar uno de los dos que hay por la mañana pase a la tarde y se encargue de Alejandro, aunque ninguno de los asistentes especificó si ésta es una de las opciones provisionales que se han planteado.

Tampoco aclararon durante la reunión de quién es competencia garantizar que Alejandro pueda asistir a clase. «Es un espacio que queda en la indefinición porque ha acabado la enseñanza obligatoria», apuntó el presidente del Consell. «Él opta por seguir con su formación y necesita unas adaptaciones para ello. Nos podemos repartir las competencias, pero si Educación acepta la matrícula de un alumno con discapacidad debe poder facilitarle que pueda ir a clase», apuntó Mercedes Prats.

Ni ella ni Serra garantizaron que Alejandro pueda acudir a sus clases de Informática en el instituto Sa Colomina dentro de una semana. «Esperamos que sí», respondió Prats. «Lo tenemos que intentar porque la situación de este chico es injusta», contestó Serra.

«Es competencia del Govern, de Educación, pero también de Bienestar Social porque ya tiene 17 años. Pero está matriculado en un instituto y ese pertenece a Educación», comentó Carmen Escandell, tía de Alejandro, al salir de la reunión.

No se tuvo en cuenta al alumno

Torres detalló que a principios de septiembre la conselleria envió un segundo ATE al instituto y que fueron los técnicos de la conselleria los que «analizaron las necesidades del centro» y lo asignaron a la mañana. «No se tuvo en cuenta que el módulo en el que este alumno está matriculado era por la tarde», reconoció la delegada de la conselleria, que insistió en que la conselleria no tiene la obligación de contratar un auxiliar para que pueda ir a clase porque ya ha pasado la edad de escolarización obligatoria. «Eso no quiere decir que la conselleria se desentienda, pero hay que buscar una solución con otras entidades. Debe dar respuesta la sociedad en su conjunto», apuntó Torres, que insistió en que a la hora de encontrar una solución provisional el problema no es «económico» sino solventar la «parte legal» que conllevaría una contratación temporal. «Hay que buscar una solución», zanjó.

«Pedimos que valoren si los niños que van por la mañana podrían estar atendidos sin la segunda ATE hasta que se contrate la tercera», apuntó la tía del adolescente. «Que compartamos los recursos hasta que llegue esa auxiliar. Alejandro está en casa desde que comenzó el curso porque no tiene ni un mínimo de atención», insistió Escandell, que criticó que para contratar a uno de estos profesionales sean necesarios dos meses. «Todos dicen que buscan una solución, nos consta que la delegada se ha movido, pero no entendemos esa burocracia», añadió.

La familia exige a las instituciones «rapidez». «El tiempo corre en contra de Alejandro. Ya hemos perdido tres meses, no podemos perder dos meses más por la contratación del auxiliar», lamentó Carmen Escandell, que señaló que uno de los problemas es que si se contrata a un auxiliar sin seguir los trámites del Govern el seguro no cubre las posibles incidencias. «Esta reunión debería haberse hecho hace tiempo. En mayo hablamos con Educación, que nos envió al Consell, de ahí al Ayuntamiento y vuelta otra vez a Educación. Nos han ido pasando de unos a otros. No deberíamos haber perdido tanto tiempo», concluyó la tía de Alejandro.