La crítica es unánime al valorar la relevancia de ´La Jetée´ (Chris Marker, 1962), un cortometraje de ciencia ficción apocalíptica compuesto no por imágenes en movimiento sino por fotografías en blanco y negro filmadas. Toda una rareza, tan extraña como hipnótica, que la ibicenca Antònia Escandell disecciona con precisión de cirujano en ´Chris Marker y la Jetée. La fotografía despues del cine´. Este ensayo se acaba de publicar en una cuidada edición de Jekyll & Jill con una sorpresa final que invita al lector a convertirse, a su vez, en creador.

Se trata del primer libro de Escandell, que con 18 años se trasladó a Barcelona para estudiar. Es licenciada en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y en los últimos años se ha dedicado a la docencia y a la traducción. Entre 2008 y 2011 trabajó como lectora de lengua española en la Universidad Alexandru Ioan Cuza de Iasi, una pequeña ciudad al norte de Rumanía, donde, además de dar clases de lengua y literatura, coordinó una revista literaria. «La primera vez que fui a Rumanía fue como Erasmus durante la carrera, después regresé con un programa de colaboración del Ministerio de Asuntos Exteriores como lectora», relata.

Su interés por Chris Marker viene de lejos. Así, el ensayo tiene su origen en una tesina del máster que cursó al terminar Teoría de la Literatura. «Lo que me interesaba es la extrañeza que provoca el mecanismo formal de la película, el hecho de que esté creada a partir de imágenes fijas, de fotografías que consiguen crear una ilusión de movimiento allí donde no lo hay, algo que contradice los principios que todos tenemos en mente cuando pensamos en cine, que son imágenes en movimiento», explica la escritora. Así, Marker «plantea una vía alternativa de desarrollo del cine que no hubiera sido la del movimiento sino una en la que el movimiento estuviera ausente», añade Escandell sobre su fascinación por el director.

Después de la evaluación de la tesina, pensó que tal vez el libro «podía tener más recorrido» porque en castellano hay muy pocas publicaciones sobre Chris Marker. «Podría cubrir un vacío sobre el autor», apunta la escritora. Su interés por publicar el ensayo coincidió más o menos en tiempo con el fallecimiento del director en 2012, a los 91 años, después de una larguísima trayectoria creativa. Como suele suceder, su desaparición reavivó el interés del público especializado sobre una figura clave del cine, «como uno de los personajes innovadores y de referencia sobre la teoría de la imagen en el siglo XX», apunta Escandell. La editorial zaragozana Jekyll & Jill confió en el proyecto. «La labor de los editores ha sido muy importante, ya que además de cuidar la edición del libro de una forma exquisita han contribuido, con sus consejos y sus recomendaciones, a que sea muy diferente al que yo les propuse en un principio. Hemos trabajado juntos durante casi un año para lograr este resultado, mucho más completo y complejo que la propuesta inicial. Les estoy muy agradecida», subraya.

El libro se ha publicado muy recientemente y ya se ha presentado en Zaragoza, antes de su puesta de largo en Madrid y Barcelona. A la autora le encantaría presentarlo también en Eivissa.

Escandell es traductora de rumano y catalán. «Es difícil convencer a los editores de que merece la pena traducir a un autor rumano que, además, es desconocido. Pero la literatura rumana es muy interesante», asegura.