Dos hombres encapuchados y armados con un subfusil y una pistola asaltaron ayer alrededor de las diez de la noche, en su vivienda de Sant Llorenç, a uno de los dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía implicados en el robo de al menos dos millones de euros en la sede del Grupo de Empresas Matutes, al que golpearon brutalmente conminándole a que les entregara «el resto del dinero». Los dos asaltantes podrían ser un español y un rumano, aunque este extremo no estaba confirmado anoche al cierre de esta edición.

Como consecuencia del asalto, el agente José Joaquín Fernández, que fue detenido por haber escondido una bolsa con 800.000 euros que le había entregado el autor confeso del robo, Rafael R. G., sufrió numerosas contusiones y la pérdida de varias piezas dentales a causa de los golpes que recibió en el rostro. Sus lesiones obligaron a trasladarle a la unidad de Urgencias de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario pasada la medianoche.

Según ha podido saber este diario, los dos agresores se tapaban la cara con capuchas para no ser identificados y vigilaban la vivienda a la espera de que llegara el agente. Cuando éste apareció, acompañado de su esposa, fue asaltado por los dos hombres que, entre otras amenazas, le espetaron que estaban en su casa en busca del «resto del dinero».

La mujer fue maniatada, pero logró escapar, circunstancia que podría haber precipitado la actuación de los agresores, obligados a abortar el asalto antes de tiempo.

La vivienda podría estar en los terrenos donde José Joaquín Fernández ocultó la bolsa con parte del botín recuperado hasta ahora.

Los cuerpos de seguridad del Estado pusieron en marcha anoche un amplio operativo de vigilancia para intentar detener a los dos agresores, que a última hora de la noche no habían sido localizados.

«Cerrar unos flecos»

Según ha podido saber este diario, la investigación abierta por el robo en la sede del grupo empresarial del exministro y su familia no se había cerrado porque los responsables de llevar adelante las pesquisas tenían que «cerrar unos flecos» que habían quedado sin resolver.

Fuentes próximas a la investigación añadieron que, a pesar de la confesión de Rafael R. G. y de la entrega de casi dos millones, no se había descartado aún la participación de más personas en el golpe, llevado a cabo en la noche del 26 al 27 de octubre en la sede del grupo en calle de Bartolomé Vicente Ramón de Vila. También se baraja entre los investigadores la posibilidad de que la cantidad sustraída fuera en realidad superior a los 1,8 millones que se han recuperado hasta el momento.