El concejal de PSOE-Pacte de Vila Marc Costa será juzgado el 22 de enero del año que viene por una falta de desobediencia a los agentes de la autoridad, después de ser denunciado el 12 de septiembre por la Guardia Civil. La vista oral está señalada a las 12.15 horas en el Juzgado de Instrucción 4 de Ibiza. Costa no se enfrenta a una pena de prisión, puesto que no se le considera autor de un delito, sino al pago de una posible multa económica, según informan fuentes judiciales. El edil comparecerá en calidad de denunciado, mientras que los agentes con los que se supuestamente se enfrentó lo harán como denunciantes.

Los hechos que han motivado la denuncia ocurrieron el 12 de septiembre a las cinco de la madrugada. Una patrulla dio el alto al coche en el que viajaba Costa, de acompañante, no de conductor, junto a otras personas, en la avenida del Doctor Fleming de Sant Antoni. Junto a los agentes aparecieron periodistas y cámaras del programa de televisión ´Conexión Samantha´, de Cuatro. Los guardias les informaron de que la presencia del equipo estaba autorizada por el Ministerio del Interior.

Sin embargo, el concejal consideró que estaban atacando su intimidad y respondió supuestamente en estos términos, según se recoge en la denuncia: «¡Qué coño os habéis creído, yo soy concejal y portavoz del Ayuntamiento de Ibiza y se os va a caer el pelo! Os voy a meter un puro que os vais a cagar. Estáis haciendo el ridículo, aquí van a rodar cabezas». Los agentes aseguran que Costa les insultó y se mostró alterado. «Haced lo que queráis, lo que hagáis me lo paso por los cojones, imbéciles, que sois unos imbéciles», les dijo, según consta en la denuncia. «Yo soy el Estado, igual que vosotros. Fantasmas, que sois unos fantasmas. Esta es mi casa, no soy un puto guiri», siguió diciendo el edil, siempre según la versión de los agentes del instituto armado.

El 11 de octubre, después de que la denuncia saliese en los medios de comunicación, Costa pidió perdón y justificó lo sucedido porque, según él, se trató de una situación «anormal y extraordinaria», ya que se sintieron «agredidos» por las cámaras. «Jamás utilizaría mi cargo ni haría alarde en una situación como esta», concluyó.