A partir de la medianoche de hoy, miércoles, la torre de control del aeropuerto de Ibiza pasa a manos de la empresa FerroNat, que ganó el concurso público abierto por Aeropuertos Nacionales y Navegación Aérea (AENA). Esto significa que los 21 controladores que han estado gestionando en las últimas décadas las pistas de la terminal, y que dependen de AENA, abandonan sus puestos definitivamente y son sustituidos por los que han estado formando desde el pasado mes de abril, que integran la plantilla de FerroNat.

Desde el 3 de junio de 2010, la torre se limita a controlar el tráfico en las pistas y los aterrizajes y despegues, ya que en esa fecha se cedió a Palma el control del tráfico de aproximación.

Ayer, los controladores decidieron ante notario reiterarse «en declinar toda responsabilidad sobre el futuro desempeño de los alumnos» a los que aseguran han sido «obligados a evaluar». En el documento notarial, en el que explican lo que, a su juicio, se ha hecho mal en este proceso formativo, llegan a advertir: «No consideramos que la seguridad esté garantizada a partir del momento en que se produzca el cambio» de controladores.

FerroNat, a través de un portavoz, explicó que el acta notarial «ha sido presentada por los controladores durante el proceso de traspaso de todas las torres de control» cuya gestión se han adjudicado. «Es algo habitual, un numerito al que nos tienen acostumbrados», dijo.

La formación

En el acta notarial se alerta de que «la inmensa mayoría de los nuevos controladores tienen una escasa o nula experiencia profesional» y que «solo dos tienen un bagaje previo, y ninguno en un aeropuerto de estas características», en referencia al de Ibiza. De hecho, los controladores insisten en que algunos han sido formados, por ellos mismos, durante meses de temporada baja, sin que hayan tenido contacto con el tráfico de julio y agosto, uno de los más densos del país.

Además, aseguran que de los 18 aspirantes que iniciaron el proceso en abril, ocho suspendieron, por lo que la plantilla de la empresa será de diez. «Un número absolutamente insuficiente para garantizar la seguridad», señalan.

Sobre todas estas acusaciones, FerroNat insistió en los argumentos que ya utilizaron sus responsables a principios del pasado mes de mayo en una reunión con periodistas coincidiendo con el inicio del periodo de formación de sus controladores. «FerroNat lleva un año en el aeropuerto de Valencia, donde no se ha producido ni un incidente relevante. Esa es la mejor explicación de que lo que están denunciando no tienen ni sentido ni lógica». «Han pasado cinco millones de pasajeros y 150.000 aviones y no ha ocurrido nada», destacó.

La empresa se defiende

Para abundar en su planteamiento, desde FerroNat recuerdan que «todo el procedimiento ha sido controlado por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea; como no podía ser de otra manera, el tiempo de formación ha sido el exigido. ¿Quién puede creerse que la Agencia Estatal de Seguridad apruebe el traspaso de una torre sin que se cumplan de manera escrupulosa todos los parámetros de seguridad? Es todo muy absurdo».

En cuanto al periodo de formación, aseguran que «todos» los aspirantes estuvieron en la torre «en julio y agosto», aunque declinaron informar sobre el número de ellos que finalizaron con éxito la formación. Como ya hiciera en abril, la empresa insistió ayer en que no pueden facilitar esta información, y añadió: «Tanto el número como la formación de los controladores son los que marca la normativa. Este es un tema demasiado serio como para ponerlo en duda».

Por su parte, el director del aeropuerto, Roberto Llamas, preguntado a primera hora de la mañana de ayer sobre el proceso de sustitución de los controladores, confirmó que se producirá esta medianoche y añadió: «Los procesos de formación teórico práctica y de evaluación están muy regulados por normativa internacional, europea y nacional y supervisados muy de cerca por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea».

«Desde el primer día -agregó- dejamos muy claro a FerroNat que debe disponer de los efectivos necesarios para prestar el servicio en las condiciones de calidad y por supuesto de seguridad que se les exige por contrato». «Lo puedo decir con tranquilidad porque detrás [de este cambio] está la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, que ha supervisado el proceso con la certificación adecuada», resaltó Llamas.