A pesar de que ha transcurrido ya un año desde que se reabrió el caso del asesinato a tiros del alemán Jens Martin, ocurrido en Sant Agustí el 28 de agosto de 2000, la Policía alemana no ha contestado a la petición cursada por el juzgado número 1 de Ibiza para que se decomisen las armas que el principal sospechoso del crimen pudiera poseer en su domicilio.

De hecho, hace más de una década que la Justicia española espera esas armas, que ya fueron reclamadas, a través de Interpol, poco después del crimen, cuando el propio sospechoso, Uwe K., también de nacionalidad alemana, declaró tener dos armas de fuego en casa de su familia en Alemania.

Una de esas armas, un revólver Smith & Wesson.357 es compatible con el proyectil que se recuperó en su momento y que se conserva en los laboratorios de la Guardia Civil en Madrid (el calibre 357 es de la misma medida que el .38, por lo que una .357 Magnum de S&W puede disparar igualmente balas del .38, mucho más comunes y como la que corresponde al proyectil conservado).

En septiembre de 2012, el caso fue reabierto por el juzgado tras la petición de la Policía Judicial de la Guardia Civil, que considera que el caso no puede darse por perdido sin insistir para conseguir el arma y poder cotejarla con la prueba conservada. La petición incluye, además del revólver, una carabina del 22 que Uwe K. también reconoció tener.

Tiroteado de madrugada

Jens Martin fue tiroteado de madrugada cuando regresaba a su casa tras las fiestas de Sant Agustí. Su cuerpo fue hallado a 300 metros de su domicilio, no lejos del pueblo y cerca de Colinas Aníbal, en la zona de Benimussa.

Las primeras autoridades en llegar al escenario fueron agentes del destacamento de Tráfico, ya que, en principio, parecía que Martin había sufrido un accidente y que había sido arrollado junto al ciclomotor que conducía. Los guardias no tardaron en descubrir, sin embargo, que el cuerpo tenía tres agujeros de bala, tres heridas de arma de fuego que posteriormente se comprobó que podrían haber sido causadas por dos disparos (una bala le atravesó el pecho y otra pasó primero por un brazo antes de encajarse en la nuca).

La hipótesis que hoy se mantiene es que alguien siguió a Jens Martin mientras éste se dirigía desde Sant Agustí a su casa, lo arrolló con el coche y, posteriormente, bajó de él para rematar a la víctima, ya en el suelo, de dos tiros. El informe de la autopsia confirmó que Martin podría haber muerto entre las tres y las cuatro de la madrugada, poco después de que abandonara la plaza del pueblo, tal y como confirmaron varios testigos. Uno de esos testigos apuntó también al que sería el principal sospechoso, al declarar que los dos alemanes habían discutido aquella noche. Uwe K. llegó a ser detenido y puesto a disposición judicial, pero quedó en libertad sin cargos porque los indicios no justificaban su ingreso en prisión.

Desde entonces, la Guardia Civil espera que la Policía alemana intente conseguir las armas que aún pudiera tener el sospechoso y las mande a España para las pruebas de Balística comparativa.

Crimen de Benimussa

Se da la circunstancia de que el nombre de Uwe K. también apareció en la investigación de otro crimen ocurrido en la isla de Ibiza. Su nombre se encuentra en el sumario del cuádruple asesinato de Benimussa, el estrangulamiento de Richard Schmitz, Beate Wener y las dos hijas de la pareja, en agosto de 1989. Los dos crímenes, con once años de diferencia, ocurrieron en la misma zona y Uwe K. es señalado en el sumario del primero por la información facilitada por un ciudadano inglés, que aseguraba que Uwe fabricaba armas y balas en su garaje, tenía una colección de armas militares y quizás la intención de matar a alguien con quien había tenido problemas. Uwe K. no estuvo nunca entre los principales sospechosos de aquel caso, que tampoco ha sido resuelto, principalmente porque la información del inglés partía de premisas erróneas. Sin embargo, para la Guardia Civil sí sigue siendo el principal sospechoso, y el único, de la muerte de Jens Martin, pero la única línea de investigación posible de la que los agentes aún disponen pasa por obtener la colaboración de la Justicia alemana y recuperar, si ello es posible, las armas que pudieran encontrarse en Alemania.