­Un joven ibicenco de 18 años de edad murió ahogado la mañana de ayer tras sufrir un síncope mientras practicaba la pesca submarina a 20 metros de profundidad cerca de ses Formigues, en sa Cala de Sant Vicent, según explicaron fuentes policiales.

Al parecer, el fallecido salió junto a una pareja de amigos desde es Pou des Lleó para pescar a pulmón, y se dirigieron hacia aguas de sa Cala de Sant Vicent. Durante el camino realizaron diferentes inmersiones sin sufrir ningún percance. Durante la última, Sergio Colomar Guasch, vecino de Santa Eulària, sufrió un síncope que le impidió volver a la superficie.

Una embarcación de Diving Center de sa Cala consiguió rescatar el cuerpo sin vida del joven hasta que se hizo cargo de la investigación el Grupo Especial de Actividades Subactuáticas (GEAS). Los miembros del equipo de rescate llevaron el cadáver hasta la playa de sa Cala, donde esperaban los familiares, el representante del Instituto de Medicina Legal de Ibiza y el juez de guardia. Al lugar del accidente también acudió la Policía Local de Sant Joan y el servicio de emergencias médicas del 061.

Sin signos de violencia

A falta de la autopsia, fuentes policiales aseguraron que no había signos de violencia en el cuerpo y que no se apreciaba nada extraño tras el rescate, por lo que la principal hipótesis es que muriera ahogado. El joven ibicenco es el quinto fallecido en el mar este año en Ibiza y Formentera.

El primer caso ocurrió el 27 de enero, cuando Alejandro Benito, argentino de 27 años de edad, murió ahogado en la playa de s’Arenal. El informe forense reveló que en el momento de la muerte tenía dos gramos de alcohol por litro en sangre. En la misma playa pereció Janine Mallet el 8 de julio. La turista británica de 31 años murió ahogada de madrugada tras bañarse vestida en el mar después de mezclar durante la noche MDMA, cocaína, anfetamina y metanfetamina.

El tercer caso ocurrió en unos apartamentos de Sant Antoni. Paul Mark Guidon apareció, la madrugada del 13 de julio flotando en la piscina y con agua en sus pulmones. Un amigo confesó a la Guardia Civil que había consumido drogas. El caso más reciente tuvo lugar en Cala Salada.

Agentes del instituto armado encontraron, tras varios días de búsqueda, el cuerpo sin vida de un bañista alemán que se golpeó contra las rocas debido al mal estado del mar.