­Las psicólogas Sandra Borràs, María Escobedo y Elisenda Pascual expusieron el pasado viernes en el Club Diario una de las nuevas tendencias en materia de pedagogía bajo el título ´Crianza y educación activa y respetuosa´, dirigida fundamentalmente a padres y docentes. El periodo en el que se centraron es el que va de los cero a seis años, como momento decisivo en la formación y desarrollo de la personalidad, donde es importante que el adulto establezca una relación horizontal, de respeto y confianza con el niño.

Las psicólogas insistieron en que «esta manera de estar y de actuar es un camino de salud», subrayó Borràs.

Por su parte María Escobedo planteó la cuestión de forma más global en el sentido de que en el proceso de desarrollo de los niños no solo intervienen ellos sino también la familia y su entorno social y cultural.

Finalmente, Elisenda Pascual trasmitió su experiencia como especialista en una escuela de Barcelona que aplica un método de educación activa. Las intervenciones estuvieron moderadas por Tahïs Puig, también psicóloga.

La psicóloga Sandra Borràs concretó que este sistema es algo que va íntimamente ligado a la experiencia y «engloba varios conceptos teóricos y prácticos donde se da prioridad al respecto por los ritmos naturales de los niños a los que no se exige que cumplan objetivos antes de que estén preparados». Añadió que el valor de la confianza es otro de los ejes «que permite una interacción del niño con su ambiente y su entorno».

En esta relación el adulto es el encargado «de marcar los límites pero desde una postura de respeto, lo que se entiende como una relación horizontal». Borràs apuntó que es determinante el hecho de que los padres o educadores no se pongan «en un status más alto que el niño ya que su responsabilidad está en acompañarle en su proceso de desarrollo».

Otra seña de esta corriente educativa es «la experiencia» al considerar que se aprende más a través de la experimentación directa con lo que se está aprendiendo.

No obstante, Sandra Borràs admitió que la introducción de este nuevo sistema educativo, basado en un cambio de valores, «acaba de empezar» y se enfrentan a numerosas dificultades que van superando «poco a poco» con el trabajo diario que desarrollan como profesionales y en determinados centros educativos donde han apostado claramente por la educación activa y respetuosa.

Cambio de actitud: Escuelas que cuidan el vínculo con el alumno

Aunque es cierto que esta tendencia educativa se comienza aplicar de forma tímida, existen experiencias, sobre todo en los niveles infantiles, en donde las escuelas apuestan por el vínculo con el alumno. Sandra Borràs señaló que esta postura implica «un cambio de actitud en donde se haga prevalecer ese tipo de relación». En este caso la idea del profesor como autoridad y del castigo, más unido a la enseñanza convencional, se elimina de las relaciones con los alumnos. Borràs aseguró que la autoridad y el castigo «no son conceptos que sean aceptados». El motivo es que este último resulta «poco respetuoso con el niño y lo mismo ocurre con la autoridad, aunque eso no quiere decir que el adulto no deba estar muy posicionado en su lugar». La especialista admitió que este planteamiento puede «chocar con el actual sistema de valores que se aplica en la educación» y consideró necesario «romper tópicos» en este campo. Pero la propuesta no termina aquí, ya que en ese proceso de desarrollo se valoran especialmente los detalles. Borràs lo resumió diciendo que «las pequeñas cosas son poderosas y si se establece ese vínculo con el niño se obtienen resultados». La psicóloga insistió en que la idea de la educación activa «no pretende enfrentarse al actual sistema sino proponer una alternativa; no busca romper nada porque es respetuosa y se puede integrar perfectamente dentro de las escuelas». Finalmente, manifestó que «en todo este proceso la clave es la conciencia personal del adulto».