­«No somos un lobby de poder ni económico. En nuestros talleres cabemos todas. Las únicas condiciones que pedimos son ser librepensadora y de buenas costumbres, es decir, buenas personas». De esta forma describe Teresa Alabèrnia, la gran maestra de la Gran Logia Femenina de España, a las mujeres masonas a las que está dedicado el libro de Rosa Elvira Presmanes ´La masonería femenina en España´.

La autora ofreció una conferencia el jueves en el Club Diario de Ibiza para presentar este texto con el que pretende «recuperar la memoria de todas aquellas mujeres que pertenecieron a la masonería, haciendo hincapié en las más famosas, pero dando entrada a todas las demás». Para Presmanes la masonería «ahora parece una cosa antigua y lejana, pero es atemporal». «Se trata de mejorarse a uno mismo para mejorar la Humanidad», señaló a modo de introducción y aseguró que la masonería, ofrece «el contexto y el método» para lograr esa mejora. «Sus divisas, libertad, igualdad y fraternidad, siguen vigentes en el siglo XXI», sentenció. Actualmente existen diez logias femeninas en España y está a punto de fundarse la undécima en Canarias.

Presmanes recordó que la masonería, como método de conocimiento, se remonta a la antigua Mesopotamia, pero sus sociedades fueron estrictamente masculinas hasta que en 1770, la Gran Logia del Gran Oriente, en Francia, creó el rito de la adopción por el que pudieron empezar a participar mujeres. El rito de adopción no llegó a España hasta 1822 «aunque algunas mujeres participaban previamente en logias de hombres en las que eran aceptadas porque estaban muy dotadas intelectualmente y tenían impronta social». Presmanes defiende que las logias femeninas no fueron una estrategia de los maridos para alejar a sus esposas de los confesionarios, como defienden algunos autores, sino que «sirvieron de catapulta para que las mujeres encontraran su propio espacio».

La investigadora acercó al público a algunas de las masonas que protagonizan su libro y que fueron relevantes en la defensa de los derechos sociales en distintas épocas. Desde Mariana Pineda, mitificada con la ayuda de García Lorca, a Emilia Pardo Bazán, la primera catedrática española, o Rosario de Acuña, dramaturga y poetisa que luchó por el feminismo y la República, se divorció y tuvo un compañero 20 años más joven que ella ¡en el siglo XIX! «Lo bonito de estas mujeres es que trabajaban en red, como hacemos ahora las masonas españolas», apuntó Presmanes antes de referirse a la vida y logros de Ángeles López de Ayala, Teresa Claramunt, Carmen de Burgos, Clara Campoamor o Libertad Morte.