­Una mancha de gasoil de unos 1.000 metros de longitud obligó a izar la bandera roja ayer sobre las cinco de la tarde en la playa de ses Salines, en Sant Josep. El vertido, que no era visible desde la playa, apareció a unos 500 metros de la costa y finalmente no llegó a la orilla, según explicó la Policía Local de Sant Josep.

A la zona, que estuvo vedada al baño durante unos 45 minutos, acudieron la policía municipal, técnicos del Govern, una embarcación de Salvamento Marítimo y el Ibanat. Fuentes policiales informaron de que Salvamento Marítimo utilizó un método de disolución mecánica, que consiste en pasar por encima del vertido con una embarcación para que las hélices dispersen la mancha. El personal del Ibanat intentó recoger muestras del agua contaminada, pero les resultó imposible por el poco tiempo que duró el gasoil en alta mar, explicaron.

El dispositivo se desplazó a sa Caleta para comprobar que la mancha no hubiera afectado a las aguas cercanas, según indicó el gabinete de comunicación del 112. Tras la inspección, los técnicos corroboraron que ninguna zona más había sido afectada. Además, el 112 explicó que se desconoce el origen del vertido y que fue un «desgraciado accidente».

Testigos presenciales informaron de que desde la costa no se apreciaba la mancha y que no olía a gasoil. Esta es la segunda ocasión en la que se cierra por precaución una playa este verano tras la aparición de una mancha contaminante. El pasado 2 de agosto, Sant Antoni cerró una parte de es Regueró por el mismo motivo.