Una persecución por las carreteras ibicencas acabó ayer con un Mercedes familiar, de color negro y alta gama, estrellado a la entrada del polígono de Can Bufí, sobre las doce del mediodía, tras la intervención del Grupo Rural de Seguridad (GRS) de la Guardia Civil, que detuvo al conductor.

Al parecer, el vehículo se dio a la fuga de los agentes desde el municipio de Santa Eulària. El coche circuló a gran velocidad por la carretera de Santa Eulària en dirección a Ibiza, según explicaron testigos presenciales. Una conductora que pasaba por la zona aseguró que el vehículo, que circulaba en dirección contraria, le golpeó en el retrovisor izquierdo, a la altura de Go Karts. Allí, el Mercedes cambió de rumbo. Se desconoce si circuló en dirección a la ITV o si acortó el camino por el polígono industrial de Ca na Palava, pero acabó conduciendo en dirección a Ibiza por la carretera de Sant Antoni.

Metralletas y cadena de pinchos

Vecinos del polígono industrial de Can Bufí afirmaron que los agentes del GRS utilizaron una cadena de pinchos para reventar los neumáticos del Mercedes de color negro e impedir que el conductor siguiera con su escapada. El coche se estrelló a la altura del concesionario de coches Honda y dejó una gran mancha de aceite en la calzada. Testigos presenciales indicaron que, una vez parado el vehículo, los policías tumbaron sobre ella al joven y procedieron a su detención. «No nos dejaban hacer fotos ni grabar. Me dijeron ¿No tienes trabajo? ¡Fuera de aquí!», aseguró una testigo, que también explicó que los furgones de las fuerzas especiales tardaron pocos segundos en aparecer en la zona. «Lo tenían encañonado con metralletas», aseguraron.

Los testigos hicieron hincapié en la presencia de un furgón blindado en el accidente, aunque se desconoce su implicación en el siniestro.