Vecinos y turistas de Santa Eulària se lanzaron ayer al mar, literalmente, para tratar de salvar la vida de un delfín que se acercó peligrosamente a la costa por la tarde y que parecía desorientado. Tras varios intentos desesperados, el animal murió pasada la medianoche. Sus restos fueron retirados por una brigada de limpieza municipal y, de madrugada, fue trasladado por Herbusa al vertedero.

Los vecinos y turistas que fueron testigos de la agonía del delfín fueron muy críticos ayer con la tardanza a la hora de actuar tanto por parte de la Policía Local como de la Guardia Civil (Seprona) los que, según los testimonios recabados por Diario de Ibiza, no se presentaron en la zona hasta pasada la medianoche, a pesar de que los vecinos comenzaron a llamar mucho antes, sobre las 21 horas.

La respuesta tardía indignó a los residentes que trataron, en un primer momento, de llevar al animal por sus propios medios a mar abierto, sin éxito. Así, el animal volvió hacia la playa y, completamente perdido y desorientado, comenzó a golpearse con los barcos fondeados y las rocas de la costa, aumentado el nerviosismo de los vecinos que no sabían qué hacer.

Sobre la medianoche, un grupo de alemanes, según un testigo, trataba de llevarlo hacia la orilla, con el fin de que no se lastimase más con las embarcaciones y las rocas. Algunos vecinos llevaron mantas para poder coger al animal sin arañarle y sin que se escurriera de las manos de los voluntarios que trataban de salvarle la vida.

«Se está desollando entre las rocas, esto es indignante», comentaba una vecina.

Los esfuerzos fueron en vano y el pequeño delfín, de apenas metro y medio, terminó muriendo a mitad de camino entre la playa y la desembocadura del río. El delfín podría estar enfermo «incluso tener algún virus», según un veterinario que pasó por la zona.