Un conductor que fue juzgado ayer por tercera vez por circular ebrio no se conformó con la pena mínima ofrecida por la fiscal, después de una rebaja merced a la negociación con su abogada, puesto que consideró «excesiva» la posible condena. El acuerdo de conformidad se podría haber saldado con una retirada del carné durante dos años y medio. Ahora, si es condenado tras rechazar esta oferta, además de quedarse sin conducir los próximos 36 meses, podría pagar 2.700 euros (diez meses de multa con una cuota diaria de nueve euros).

«Conocía las consecuencias de conducir ebrio puesto que tiene dos condenas anteriores. Además, bebió dos cervezas y tres copas de champán. La prueba del etilómetro es irrefutable», argumentó la fiscal en sus conclusiones. La magistrada Clara Ramírez, titular del Juzgado de lo Penal 1 de Ibiza, dictará sentencia.

Los hechos juzgados ocurrieron en Sant Antoni el 25 de agosto de 2010 sobre la una de la madrugada. «Había bebido dos cervezas mientras esperaba que empezasen los fuegos artificiales (de las fiestas de Sant Bartomeu)», reconoció el acusado, un hombre de nacionalidad francesa.

La fiscal le recordó que en la fase de instrucción dijo que antes de salir de casa tomó además tres copas de champán. «Sí, pero dos horas antes», justificó el encausado. «Por supuesto que estaba en condiciones de conducir», respondió de forma tajante a otra pregunta de la fiscal.

El procesado había estacionado en un aparcamiento de tierra en la avenida del Doctor Fleming. Salió marcha atrás y chocó contra otro coche, al que causó desperfectos en la parte trasera. «Yo me encontraba muy tranquilo. Venía de cenar con mi esposa. Estábamos en la isla celebrando nuestra luna de miel», explicó, por videoconferencia, el conductor perjudicado. «Insistí en que se tranquilizase pero se puso muy nervioso. No quiso firmar los papeles del seguro y huyó», añadió. «El chico estaba histérico y empezó a gritar. Mi hija (que iba en el coche con el acusado) se puso a dar gritos», respondió el conductor juzgado.

Los tres agentes de la Policía Local de Sant Antoni que declararon en la vista oral explicaron que el conductor olía a alcohol y que se sometió voluntariamente al control de alcoholemia cuando le arrestaron en la rotonda del huevo. El etilómetro marcó 0,64 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, por lo que fue detenido. Según aseguraron los policías, le ofrecieron un contraste con un análisis de sangre, pero el infractor lo rechazó.