Sarah Nechamkin (Londres, 1917) cumplirá unos increíbles 96 años en agosto pero cuando se le pregunta qué significa para ella la pintura lo primero que hace es recordar, con su mirada dulce y su sonrisa fácil, una anécdota de su infancia que determinó su vocación. «Cuando tenía seis años, mi maestra en el colegio de Londres, llamó a mi madre y le dijo que estaba excepcionalmente dotada para el dibujo», relata. 90 años después de aquel día de colegio sigue pintando y dibujando, ahora en su casa de Sant Rafel.

En su jardín y armada con prismáticos espió algunos de los pájaros que aparecen en el libro ´Nuestras aves. Birds of Ibiza´, que acaba de reeditar Barbary Press. Y desde ese mismo jardín también se disfruta del perfil de Dalt Vila, uno de los motivos principales de los cuadros de Nechamkin en los últimos tiempos. Precisamente en Dalt Vila, el Museo Puget acoge hasta final de año una completa exposición (´Sarah Nechamkin. Paisatges i ocells´) de esta pintora enamorada de la naturaleza y las gentes de Ibiza.

«Es una exposición muy importante para mí, sobre todo por el lugar, el Museo Puget, que está asociado con el MACE», explica la artista, que no exponía en Ibiza desde 2006 (la última muestra fue en el Club Diario). Esta última exposición también le hace echar la vista atrás y rememorar su paso por galerías de arte ibicencas ya desaparecidas como Ivan Spence, Maloney o Skyros. Sí continúa activa la galería Berri, «que está en Sant Agustí, tal vez mi lugar favorito de Eivissa, el pueblo que más me gusta. Allí he expuesto varias veces», recuerda.

Visitó por primera vez la isla en 1960 y no se ha separado de ella desde que conoció a su marido, Pepe Ballesteros, con el que el año pasado cumplió 50 años de matrimonio. Su esposo y ella hacen memoria de los primeros años en la isla mientras rescatan de la biblioteca de su acogedora casa los maravillosos libros que Nechamkin ha ilustrado a lo largo de su trayectoria. Así, el diseño gráfico y la ilustración han sido su medio de vida durante muchos años, con colaboraciones memorables para editoriales tan prestigiosas como Curwen Press y Penguin Books.

En carpetas están los originales de una preciosa edición de ´Cumbres borrascosas´, de Emily Brontë y en las estanterías los volúmenes ´Russian fairy tales´ (Cuentos de hadas rusos, 1965), ´Sunshine Moonshine. Nursery Rhymes´ (La luz lunar del Sol. Canciones infantiles), ´Gods and heroes, Greek myths´ (´Dioses y héroes, mitos griegos´ 2 vols. 1969-71)´, además de varias tarjetas de felicitación navideña, diseños para partituras o un precioso abecedario para niños con rimas basadas en cada una de las letras del alfabeto. «Es también muy buena escritora», remarca Martin Davies, editor de Barbary Press, que acompaña a la artista y a su marido durante la entrevista.

Una vida de película

La desaparecida Ketty Montero junto con la directora del MACE, Elena Ruiz Sastre, y por supuesto su amigo Martin Davies han sido los promotores de la muestra en Dalt Vila. «Estoy contenta porque la exposición va a poder ser vista hasta el 31 de diciembre, eso es una maravilla», remarca la artista, que sabe lo difícil que es exponer durante tanto tiempo en la isla. «Además es la primera vez que los originales de su libro de aves se exponen al público», remarca Davies. El libro, uno de los más vendidos de Barbary Press, se ha reeditado y se puede conseguir de nuevo en las librerías de Ibiza.

Nechamkin ha tenido una vida de película, con todas las dosis de felicidad y tragedia de un guion consistente. Sus padres, judíos ortodoxos de origen ruso, se trasladaron a Inglaterra antes de la Primera Guerra Mundial. Se instalaron en una casa del barrio londinense de Stoke Newington. Sarah recuerda con gran detalle aquella casa, situada «en una esquina junto al parque Clissold, en una zona por la que la reina Isabel I solía pasear».

Su padre les abandonó cuando Sarah tenía seis años. Al parecer viajó a París y allí le perdieron el rastro. Nechamkin piensa que en la ocupación nazi pudo ser enviado a un campo de concentración por su condición de judío. A esta pérdida se suma otra tragedia: su madre falleció en un bombardeo a Londres durante la guerra en 1944.

Una infancia y juventud complicadas en las que el arte tuvo algo de terapéutico. Cuando se le pregunta por su vocación por la pintura, Nechamkin habla inmediatamente de su tío Boris Luban, hermano de su madre. «Un extraordinario retratista que vivió con la familia durante un tiempo». Él contribuyó a la temprana vocación de Nechamkin.

A los catorce años ingresó en el Highbury Hill High School y tuvo la enorme suerte de tener una profesora de arte «estupenda» que hizo que ingresase en la Chelsea School of Art. Nada menos que Henry Moore enseñaba escultura, (talla) en esta escuela y Nechamkin fue alumna suya, aunque optó finalmente por la asignatura Ilustración con Graham Sutherland, que le enseñó a pintar con témpera al huevo, una técnica que domina y que emplea en la mayoría de sus cuadros. Además allí aprendió los secretos de la ilustración de libros, lo que después le dio una salida laboral con la que «disfrutaba mucho», tal y como explica en el documental sobre su vida que ha rodado su ahijada Siân Cwper, hija de una de sus mejores amigas, Susan Williams-Ellis.

Así, Nechamkin puede presumir de haber tenido a su lado durante su vida excelentes amigas y amigos que le han alentado en su vocación. Tal vez la más importante es la mencionada Susan Williams-Ellis, a la que conoció en el Escuela de Bellas Artes de Chelsea y que también le ayudó a conseguir un trabajo como maestra.

El padre de Susan, el famoso arquitecto Clough Williams-Ellis, erigió Portmeirion, un curiosísimo pueblo de estilo italiano en Gales que es toda una atracción turística. Allí fue donde Nechamkin expuso por primera vez su obra y la influencia de sus paisajes y columnatas se puede apreciar en algunos de sus fondos.

Su vida en Ibiza

En 1960 visitó por primera vez la isla y en un bar que se llamaba La Parra conoció a Pepe Ballesteros. «Allí tocaba un guitarrista gitano, [´un palanquero´, interviene Ballesteros], muy presumido, que tocaba muy bien. Estaba casado con una mujer maravillosa, gitana como él que se hizo muy amiga mía», recuerda. Pepe y Sarah se enamoraron y se casaron en Londres, donde su amiga Philippa Pearce, una famosa escritora de libros y articulista para la BBC, les organizó una fiesta. Regresaron a Ibiza y finalmente se instalaron en su casa de Sant Rafel, ahora llena de recuerdos y detalles de toda una vida juntos.

Pepe Ballesteros insiste al final de la entrevista para que Sarah Nechamkin muestre algunas obras en las que está trabajando últimamente. La alienta a seguir pintando y valora su obra. Taxista de profesión, no era muy aficionado a la pintura antes de conocerla pero, con el tiempo, se ha convertido en un excelente crítico de su obra, como reconoce en el documental que ha rodado Siân Cwper sobre ella y que Martin Davies está deseando que se vea en la isla. Ese documental termina con una frase que dice mucho de la actitud ante la vida de Nechamkin: «He sido muy afortunada».