­El fotógrafo Holger Dunckel (Alemania, 1953), director del Centre Cultural Labritja y miembro de la Aavib (Asociación de artistas visuales de Balears), vivía en Sant Joan desde hace 34 años hasta que hace unos meses se mudó a su Alemania natal para cuidar de su madre, delicada de salud. Nadie esperaba que hace unos días un derrame cerebral terminase repentinamente con la vida del artista.

La noticia, que ha consternado a la comunidad artística de la isla, la confirmaba ayer José Ribas Riera, párroco de Sant Joan, con el que Dunckel trabajó mano a mano buena parte de los 18 años que estuvo al frente del Centre Cultural de Labritja, ubicado en la parroquia. El párroco asegura que el sepelio ya se ha celebrado en Alemania y que es posible que las cenizas reposen en Ibiza.

«Ha sido una sorpresa, una pérdida muy grande para la parroquia. Ha promovido la cultura en Sant Joan y será muy difícil encontrar a otra persona como él. Sant Joan se queda huérfano desde el punto de vista cultural», reflexionaba el sacerdote. Precisamente ayer se desmontaba la última exposición del Centre Cultural de Labritja, con obra Antoni Marí Tirurit y Bea Ramon Torres.

«Comprometida con el arte»

Como afirma la historiadora del arte Nuria del Río, que trabajó codo con codo con Dunckel en la Aavib durante tres años, este artista «era una persona muy comprometida con el mundo del arte en las islas». «Era teórico del arte y escribió varios ensayos sobre su corpus ideológico; postulaba con el surrealismo y en sus fotografías la paradoja era su modus operandi», explica la artista.

Respecto a su labor al frente del Centre Cultural de Labritja, Del Río destaca que «no creó un espacio para sí mismo» sino que de un modo «muy generoso», «organizó exposiciones colectivas muy inteligentes, que sacaban lo mejor de cada artista que se sentía privilegiado por exponer con él por la coherencia de sus propuestas y por su capacidad de buscar las obras más significativas», remarca.

La historiadora del arte recuerda la gran amistad de Dunckel con Pepe Tauste, también fallecido, con el que compartía su gusto «por una vertiente surrealista e irónica del arte». Además, Dunckel fue uno de los principales promotores de los homenajes que se le hicieron a Tauste.

Dunckel fue un artista precoz que con solo nueve años ya fotografiaba todo lo que le llamaba la atención en Hamburgo. En los últimos tiempos experimentaba con técnicas de distorsión de la imagen que, según explicaba, se inspiraba en parte, en las interferencias que sufrían las imágenes de los televisores de su barrio cuando pasaba el tranvía por su ciudad natal siendo niño. Este artista aseguraba que su obra se diferenciaba «por completo» de la fotografía convencional porque su meta era radicalizar el uso de la cámara digital «hasta el punto de pintar con ella». Sus exposiciones siempre contaron con una gran aceptación en la isla.

Dunckel participó en proyectos como ´...per la Mar´ o la ´Triennale der Photographie´ y trabajó como asesor en la fundación Tecsal de Valencia, entre otras actividades.