Las cifras avalan a Chris Martos (Sabadell, 1976): Ha participado en varios proyectos musicales, entre ellos Ressonadors, y grabado dos discos en solitario, ha escrito libros de poemas, relatos, siete obras teatrales y dirigido y actuado en algunas más. Ha cantado y bailado en dos musicales y dirigió además uno de ellos: ´Grease´, ha grabado un videoclip y está en plena producción del segundo... y ahora publica su primera novela: ´El código´. Además tiene tiempo para ejercer como abogado y cuidar de sus dos hijos.

-Tiene muchos frentes abiertos, ¿es que no se decide por ninguno o es que se considera un hombre del Renacimiento?

-Desde pequeño he hecho de todo. Empecé con la música a los siete años y poco después con la poesía. Ya estaba metido en el teatro a los 13 o 14 años en Sabadell y he ido escribiendo relatos. Siempre me ha interesado el mundo artístico, sobre todo la música y la escritura. Me considero un creador.

-Y ahora desembarca en la novela.

-Era el momento de sacarla, porque es cuando he tenido tiempo, aunque es un proyecto que viene desde hace diez años. Primero hice la obra de teatro, ´La última luz del día´, que ya estrenamos dirigida por Miki Molina, luego el disco, ´El código´, con diez canciones que acaban en una frase que te remite a una parte de la novela, y ahora llega la novela...

-Así que estaba pensado como proyecto total desde el principio, como trilogía...

-Sí, aunque no se puede considerar una trilogía. La obra de teatro es una parte de la novela y el disco la banda sonora, por decirlo así. Es una obra en tres partes, toda llena de símbolos que se cruzan y basada en dos lugares: la zona de es Cubells y es Vedrà y el lago Sant Maurici, en el pirineo de Lleida.

-¿Qué se puede contar de la historia?

-Trata de un chico que acaba de perder a su novia en un accidente. En su desolación, la madre le entrega el diario de ella y se da cuenta de que dentro hay unas señales para que él intente buscarla a través de la muerte y ahí son clave es Vedrà y el lago Sant Maurici, donde vivieron su historia. Hasta aquí puedo leer.

-La promoción se ha solapado un poco con la de su último disco ´Déjà vu´...

-Ha venido así. La novela nació en un momento personal muy intenso y tenía que sacar lo que sentía.

Acabar esta obra era un asunto pendiente... y ha dado la casualidad de que ha coincidido con ´Déjà vu´, del que ahora estamos grabando el segundo clip.

-¿Se siente más a gusto en la música o en la escritura?

-No sé si soy muy complejo o muy simple, pero me siento a gusto creando: escribiendo teatro, actuando, con la prosa... y por supuesto con la música. He estado en muchos proyectos y he sentido mucho placer. Ya estamos planeando el tercer disco con Joan Barbé.

-Siendo cantante y actor tenía que llegar al musical... e hizo ´Grease´, nada menos.

-Ya lo tenía en mente y lo codirigí con Marcos Penshow, al que conocí en ´Mamma mía´, con la Penya Escènica. Lo hicimos con toda la intensidad y el fruto fue mejor de lo esperado. Íbamos a hacer dos representaciones y al final fueron cuatro y con llenos totales. 2.000 personas vieron ´Grease´ en Ibiza... y en invierno...

-¿Y no ha pensado terminar de completar su historia con el cine?

-Claro, pero me gusta trabajar paso a paso. La novela es muy visual y sería bonito llevarla al cine, pero ahora lo importante es que guste, aceptar las críticas con humildad, que es la primera, y aprender... pero si surgiera la posibilidad me haría muy feliz.

-Muchos artistas ibicencos se quejan de las pocas posibilidades que ofrece la isla y algunos emigran. Usted ha hecho el camino inverso, de Barcelona a Ibiza.

-Ya había comenzado mi carrera allí, pero a nivel artístico la ciudad me apaga. Aquí en dos minutos encuentro las fuentes que me cargan y me inspiran. Esta isla me da tanto que por eso produzco tanto.

Hago lo mismo, pero más feliz.