La chavalería hipertatuada británica espera con sus smartphones en alto la primera salida al escenario del Ibiza Rocks 2013, el miércoles en Sant Antoni. Cuando aparece la jovencísima nueva estrella del firmamento pop, Jake Bugg, comienzan a grabar, la mayoría con el aparato en vertical, lo que hace pensar que al norte del Canal de la Mancha, con tal de llevar la contraria, ahora ven la televisión recostada.

Si por algo sorprende Bugg (Nottingham, 1994) es por la seriedad y sencillez de su propuesta, desde la puesta en escena: pocos juegos de luz; camisa blanca, vaqueros y deportivas; guitarra, bajo y batería€ También por su sonido, de clara querencia por el folk y el country. El chaval, que acaba de cumplir los 19, puede parecer otro Bieber: guapo, con cara de niño y una melenita britpopera de atildado flequillo€ pero la música le acerca más al Bob Dylan en fase de electrificación. Como el de Minnesota, posee una voz personalísima, con un toque nasal, y su guitarreo se decanta con claridad por el blues.

El concierto es un vaivén entre lo acústico y lo eléctrico, quizás excesivo. Comienza con la sencilla ´Fire´ a solas con su guitarra. Levanta el vuelo con la ayuda de una potente base rítmica en ´Trouble town´ y la famosa ´Seen it all´, antes de llegar a una fase de calma, con canciones como ´Someone told me´ o ´Country song´. Canta con una exquisita lentitud, merecedora de un ambiente más íntimo, aunque muchos de sus fans siguen saltando brazos en alto en el patio del hotel como si la cosa no fuera con ellos. Vuelve a subir con su repertorio más movido. Sus seguidores saludan con el signo de la victoria ´Two fingers´ y cantan en vociferante coro la más rockera ´Taste it´.

Él ni se inmuta, apenas habla, parece más concentrado en los cambios de guitarra. Hasta cinco diferentes, dos acústicas y tres eléctricas, para una veintena de temas de apenas dos minutos, entre ellas una Telecaster, una Stratocaster y una preciosa Gretsch. La mecánica viene a ser siempre la misma. Acaba la canción, susurra un cerrado «thank you» pegado al micro, se descuelga el instrumento, espera a que el pipa le cuelgue el nuevo, bebe un trago de agua y comienza a guitarrear la siguiente.

Versión de Johnny Cash

Antes de terminar su primer concierto en España vuelve a bajar el ritmo con una sentida interpretación de ´Broken´, pero luego se atreve con una dura versión del ´Folsom prison blues´ de Johnny Cash y remata con la esperadísima ´Lightning Bolt´. Muestra la seguridad aplastante que le da ser el nuevo niño de oro de la música británica. Con solo 18 años colocó su primer disco, ´Jake Bugg´, en el número uno de las listas en las islas y con 19 ya ha teloneado a los Stone Roses, Noel Gallagher o Snow Patrol. Llega a Ibiza en una gira que la le ha llevado a Estados Unidos, Japón, Alemania, Bélgica, Holanda€ y en julio acompañará a los Rolling Stones en su ruta americana. Además, y para cumplir con todo el imaginario pop, ya se le relaciona con la (también jovencísima) supermodelo Cara Delevingne.

No se descompone y muestra la misma sobriedad en la despedida: se encienden las luces y saluda brazo en alto desde el borde del escenario, antes de salir corriendo y chocar la palma con uno de los pulpos que sujetan el tinglado.