Después de un titubeante inicio del año, con descensos ligeros en el tráfico aéreo en los primeros cuatro meses, el pasado mes de mayo cambió la tendencia en el aeropuerto de Ibiza con un incremento aproximado (contando únicamente las reservas de las aerolíneas, porque queda por confirmar la ocupación de los aviones) del 10% con respecto al mismo mes del pasado año.

El director del centro, Roberto Llamas, explicó ayer que es «optimista» (lo repitió en varias ocasiones en un encuentro con periodistas) con respecto a esta temporada de verano, que para el sector aéreo se inicia a finales de marzo. «Nuestras previsiones indican que este verano prácticamente tendremos el mismo tráfico aéreo que en 2012, con un ligero incremento, mínimo». Esta tendencia se produce, analizó, gracias al buen comportamiento de los mercados británico y alemán y, por primera vez, del holandés, que está registrando un comportamiento «muy positivo». Por el contrario, el mercado nacional, probablemente debido a la crisis económica, sufre un importante retroceso, que no pudo contabilizar.

Llamas valoró que éste es el primer verano que el aeropuerto trabaja «al cien por cien con todas las instalaciones» listas después de la profunda reforma que comenzó hace varios años. Precisamente, adelantó que las novedades este año se centran en la zona comercial, donde AENA tiene previsto licitar en breve nuevos negocios. Por contra, en la zona de pista no se contemplan actuaciones al menos en un plazo de cinco años. «Tenemos cubierta la zona de la pista para nuestras necesidades» en este espacio de tiempo, añadió el director del aeropuerto.

En cuanto a la zona comercial, reconoció que la dirección se ha centrado en su explotación y que ésta está generando ingresos superiores cada año. Tampoco en este apartado pudo Llamas aportar cifras exactas, aunque prácticamente dio por seguro que este año subirán los ingresos por este concepto.

Por otra parte, Llamas reconoció que resulta «complicado» convencer a las compañías aéreas para que programen vuelos en invierno, y en este punto valoró la participación de las instituciones locales a través del comité de rutas.

También analizó el problema de los taxis ´pirata´, aunque poco más pudo aportar a lo que ya publicó este diario la pasada semana: los vigilantes de la terminal intentan interceptar a estos intrusos del sector del transporte para disuadirles de que capten clientes y, además, informan a la Policía Local de Sant Josep cuando los detectan. «Poco más podemos hacer», dijo Llamas tras recordar que, legalmente, no tienen competencias para actuar contra los taxistas ´pirata´.