­Especializado en estafas. Un hombre decidió abandonar la clase media, se afincó en la isla y se dedicó a disfrutar de la gran vida. Un falso millonario, un español que se hacía pasar por italiano, se gastó 164.000 euros en alquilar un yate de lujo, un Hummer, en servicios de catering y en prostitutas. La Policía Nacional, que comprobó los numerosos antecedentes de este individuo por hechos similares, puso fin a su aventura con su detención. El juez de guardia de Ibiza decretó su ingreso en prisión, donde deberá llevar una vida mucho más moderada.

La investigación comenzó cuando los agentes de la comisaría de Ibiza recibieron una denuncia. Un individuo se hizo pasar por un hombre de negocios italiano y alquiló en Alicante un lujoso yate por 106.000 euros. Nunca efectuó la transferencia bancaria para abonar la factura.

El Cuerpo Nacional de Policía identificó y detuvo al presunto estafador, que la primera vez se presentó como un industrial transalpino. Los agentes comprobaron que en las últimas semanas adoptó una falsa identidad italiana y simuló un altísimo poder adquisitivo. En realidad, no tenía un euro, pero no dudaba en contratar servicios de alto standing. Se comprometía a pagarlos mediante transferencias y aportaba justificantes bancarios, que falsificaba, según informó ayer el gabinete de comunicación de la Policía en Balears.

Transferencias sin fondos

Además de la presunta estafa del yate, los agentes le imputan otras, como el alquiler de una villa en la isla por 7.000 euros que tampoco pagó, o el de un lujoso vehículo marca Hummer, por el que tendría que haber abonado 2.400 euros. Al parecer, al falso millonario no le gustaba cocinar, puesto que encargó dos servicios de catering, uno por 4.200 euros y otro por 1.300 euros. Las empresas que se los suministraron no vieron ni un euro, solo transferencias sin fondos. El supuesto estafador frecuentaba además prostíbulos. En Ibiza dejó pendiente otra cuenta de 19.800 euros «por los servicios de compañía de las empleadas de un club de alterne».

Pero su área de ‘trabajo’ no se limitaba a la isla. En Madrid también contrató unas «señoritas de compañía», que le pidieron 14.500 euros, que tampoco pagó. Por último, en marzo se recibió una denuncia en una comisaría de la capital de España, en la que el propietario de un vehículo reclamaba que el presunto estafador no le había abonado los 7.500 euros que pensaba que le iba a entregar por la venta de su coche.