Concede la entrevista sentado en un bar del aeropuerto, a punto de desayunar. Acaba de llegar y tiene ganas de conocer la isla, pero el plan tiene que esperar un poco: la compañía aérea le ha perdido la guitarra y ha tenido que presentar una reclamación. Le han prometido que llegará en el vuelo de la tarde: «Menos mal que me he venido un día antes».

-¿Qué va a presentar en su concierto, su primer disco como Xoel López, ´Atlántico´, sus éxitos de Deluxe, alguna canción de Lovely Luna?

-Básicamente ´Atlántico´, que es el disco más fresco, con el que me siento más identificado y el que la gente quiere escuchar. Pero también temas de Deluxe e incluso de Lovely Luna. Mis conciertos son un pantallazo de toda mi carrera.

-¿Qué ha cambiado en ´Atlántico´ respecto a los discos de Deluxe?

-Me fui hace cuatro años a vivir a Argentina. He estado recorriendo América y eso te cambia en muchos sentidos. Sería imposible hacer lo mismo después de todas esas experiencias. He sentido la aventura, me he relacionado con mucha gente, he aprendido cosas, he crecido... y eso se refleja en la música. Estos años relativamente sabáticos me han dado cierto grado de calma, de reflexión. He bajado las revoluciones. Ha sido una búsqueda. Un viaje interior.

-Es su disco menos británico y tiene un punto hasta folclórico.

-Sí, aunque no se pueda decir que es un disco de folclore. Es un disco de canciones personales y con más raíces, suramericanas y también gallegas y españolas. También en las letras. Me he visto más desde fuera, más reflexivo.

-Varias canciones tienen un tinte claramente autobiográfico...

-Siempre he hecho canciones autobiográficas. Siempre he hablado de mí. No hay trampa ni cartón, aunque recurres a la metáfora para no hacerlo demasiado evidente.

-En ´Buenos Aires´ habla de un emigrante que emprende un viaje «cansado de estar cansado» ¿De qué estaba cansado?

-Estaba literalmente cansado de Deluxe. De tantos conciertos, tantos viajes, tantas entrevistas. Comprendí que el éxito no era lo que me hacía feliz. No podía ver a los amigos, a la familia... llevar una vida personal estable. Estaba guay, pero quería parar. Tenía esa necesidad.

-Desde el primer disco de Deluxe se le consideró algo así como ´la gran esperanza blanca´ del indie español. ¿Ha sentido que se le exigía más que a otros artistas?

-Se me ha exigido mucho, pero eso es buena señal, es que se espera más de ti. Me he visto muy analizado con mi música y a veces incomprendido en los cambios. Pero si en algo he sido siempre radical es en ser fiel a mí mismo. En no perder la libertad.

-¿Por eso eligió hacer este disco con su propia discográfica?

-No es mía, es de mi mánager de toda la vida, de Esmerarte. Apostamos por esto y me gustó porque todo quedaba en casa. De todas formas siempre he tenido mucha suerte. Incluso en la época de Virgin Emi se me dio libertad y se me dejó hacer lo que me salía de los güevos. Tengo muy buen recuerdo.

-Está presentando el disco con cuentagotas. Ha hecho muy pocos conciertos...

-Esa es la idea. No me hace falta volverme loco. No tengo urgencias. En la etapa anterior me dejé llevar por la máquina y ahora soy más selectivo. Prefiero hacer menos y mejor. A fuego lento.

-Ahora está enfrascado en el proyecto de la banda sonora de ´Estirpe´, la primera película de su hermano Adrián López, que será de ciencia ficción.

-Estamos cogiéndole el rollo. Están empezando a grabar y quiero componer sobre las imágenes, que siempre es mejor. Verla y luego interpretarla con la música.

-Se acaban de conocer las candidaturas a los premios de la música independiente, UFI, y está nominado como mejor disco de autor. ¿Se siente reflejado?

-Sí. Todos tenemos un cantautor dentro -ríe-, aunque eso no me convierta necesariamente en Silvio Rodríguez. Pero si analizas mi música, mis canciones, siempre he hecho canción de autor.