Un ladrón reincidente que atracó a un taxista al que puso una navaja en el cuello ha sido condenado a cuatro años, seis meses y un día de prisión por un robo con intimidación en las personas. La magistrada Martina Rodríguez ha tenido en cuenta la circunstancia agravante de la reincidencia del procesado y la atenuante de su drogadicción. A. T. M., de 45 años y natural de Sant Miquel, deberá indemnizar con 330 euros al taxista, por el dinero sustraído que no ha sido recuperado.

El delincuente, que en el juicio recordó que ha estado catorce años en la cárcel, cuenta con antecedentes por otro robo violento [condenado a tres años y siete meses por una sentencia del 17 de enero de 2007] y por malos tratos. Tiene la obligación de llevar una pulsera de localización, que ha sido clave en la investigación. El GPS sitúa al ladrón en la misma hora que relata el taxista y el recorrido que indica el navegador es similar al explicado por la víctima, de ses Figueretes a Jesús.

Los hechos que la titular del Juzgado de lo Penal 2 de Ibiza considera probados ocurrieron el 26 de abril de 2010 alrededor de la una y media de la madrugada. A. T. M. subió, solo, en la parte de atrás de un taxi que estaba en la parada de la calle Galicia, en el barrio de ses Figueretes. Pidió al taxista, que llevaba muchos años trabajando en la isla, que le llevase a Jesús. Con la disculpa de que se dirigía a un pub del que desconocía su dirección exacta, le hizo dar varias vueltas.

Calle estrecha, oscura y desierta

El taxi se detuvo, por petición de A. T. M., en la calle Canario, «sumamente estrecha y oscura, sin establecimientos comerciales y que a esa hora se supone que estaría desierta», apunta la magistrada Martina Rodríguez, que añade que conoce esta vía. «Me rodeó el cuello con el brazo izquierdo y con el derecho me puso un cuchillo», recordó la víctima en la vista oral, el pasado 26 de febrero. «Solo vio la hoja y no la empuñadura», explica la juez, por lo que no se puede concretar si se trataba de una navaja o de otra arma blanca ni el tamaño del filo. «Me dijo que me tranquilizara y me metió la mano en el bolsillo», añadió el taxista. Le robó todo el dinero que llevaba encima, 400 euros aproximadamente.

En cuanto A. T. M. bajó del coche, el profesional llamó a Radio Taxi y comentó lo sucedido. Facilitó la descripción del ladrón: un hombre de entre 35 y 40 años con tez y pelo morenos que vestía pantalones vaqueros negros y una camiseta gris. A los cinco minutos varios taxistas rodearon al ladrón en las inmediaciones de la calle Canario, al que retuvieron hasta que llegó la Policía Local de Santa Eulària. Sin embargo, los agentes se vieron obligados a dejarle en libertad, puesto que la víctima no pudo asegurar con total certeza que se trataba del hombre que le había atracado. Además, solo llevaba encima 60 euros. «Pese al poco tiempo transcurrido, pudo desprenderse del resto del dinero, o gastarlo en algún lugar», justifica la juez en el apartado de fundamentos de derecho de la sentencia.

La Guardia Civil comenzó una investigación, en la que contrastaron las explicaciones del taxista con el recorrido marcado en el GPS, que concluyó con la detención, casi dos años y medio después del robo, de A. T. M., que lleva en prisión desde el 17 de septiembre de 2012.

En octubre del año pasado se integró en un grupo de terapia denominado ´Creando la libertad´. Los agentes explicaron que cuando le arrestaron parecía estar bajo los efectos de alguna sustancia. El procesado, que negó los hechos en el juicio, dijo que fue a Jesús a drogarse con un amigo, que después perdió el control y que estuvo toda la noche vagando por las calles del pueblo.