­Los vigilantes de seguridad que controlan el acceso al edificio judicial de la avenida de Isidor Macabich de Vila interceptaron ayer a las diez y media de la mañana a una pareja que pretendía acceder con dos armas blancas ocultas. El hombre, de alrededor de 50 años, ocultaba en su billetera una especie de cúter, muy afilado, plegado de tal forma que no superaba el tamaño de una tarjeta de crédito. La mujer, de una edad similar, guardaba en su bolso una navaja de unos cuatro centímetros de hoja, con una parte lisa y otra en forma de dientes de sierra.

Los trabajadores, que dieron el alto a las dos personas cuando se disponían a pasar por el arco de seguridad, les requisaron las armas y les informaron que procedían en ese mismo instante a informar al Cuerpo Nacional de Policía para levantar un acta que se remitirá a la Delegación del Gobierno en Balears. El motivo, intentar entrar en un edificio oficial con objetos peligrosos prohibidos por la ley.

«Pensábamos que no estaba prohibido, en Alemania es normal llevar estas navajas en los bolsillos», alegaron los teutones, que se mostraron sorprendidos cuando se las requisaron. La pareja se dirigía al Juzgado de Instrucción 2 de Ibiza, donde estaban citados para comparecer en el marco de unas diligencias de las que no ha trascendido su contenido.

En los últimos meses ha proliferado la intervención de todo tipo de armas blancas en los controles de acceso al edificio judicial, como navajas, cúters y cuchillos, entre otros objetos peligrosos, según ha podido saber este diario. Sin embargo, los vigilantes de seguridad controlan la entrada de todas las personas que acceden a los juzgados para evitar que alguien pueda pasar con un objeto peligroso, tando de los ciudadanos como de los profesionales de la Justicia. En todos los casos en los que se requisa un arma cuyo uso está prohibido se levanta acta y se informa a la Policía Nacional.