Xavier Duran ha sobrevolado alrededor de 20 países subido a todo tipo de artefactos, desde cómodos helicópteros a «místicos» globos o más peligrosas alas delta. Desde las alturas ha captado impresionantes imágenes, de esas que, resalta, tienen uno de sus principales atractivos en que están «vetadas a la mayoría de los mortales». «Nadie va por ahí imaginando cómo se ve el mundo desde el cénit, la mayoría no se ha planteado nunca ese punto de vista», subraya.

En muchas ocasiones esta visión «nada común» permite descubrir sitios «muy espectaculares» y otros que sorprenden por ser muy diferentes a cómo se ven desde tierra. Duran recuerda dos de los primeros, Alaska y Egipto, y uno de los segundos, Hamburgo.

«Desde el aire lo normal es que te impresione todo, pero hay dos sitios muy espectaculares por sus características físicas. Uno es Alaska, porque estás allí en medio de la inmensidad más absoluta; y el otro, Egipto. Me gustó muchísimo volar por el valle del Nilo, el desierto...; tenía mucho jugo, era muy muy bonito», afirma. El caso de Hamburgo fue diferente: «Es un puerto con una ciudad al lado, y es realmente espectacular. No la ves en toda su dimensión, no la imaginas, hasta que no miras desde la perspectiva aérea; sin dejar de ser un paisaje industrial, es impresionante», indica este profesional, que añade que esa sensación se tiene en las ciudades.

Nacido en Barcelona en 1954, estudió en la Escuela de Artes Aplicadas, en la que hizo un módulo de fotografía. Se compró una cámara réflex y empezó a «hacer chorradas, a jugar, lo que todo el mundo hace». Así desarrolló esta pasión, pero lo de ganarse la vida vino después. «Hasta los 26 ó los 27 años no vendí una foto», dice. Era de deportes, a los que estaba ligado por sus trabajos en la radio y la prensa. «Cuando tenía tiempo iba a los deportes que me gustaban y hacía fotos. Un día me comentaron: ´Pásanoslas que igual te compramos´. Y cuál fue mi sorpresa que cogieron un montón. Mi carrera empezó ahí», dice.

Luego hizo fotos de noticias que cubría como redactor ya en Ibiza -adonde llegó hace más de 30 años animado por un conocido-, y a moverse por revistas. «Eran los tiempos en que se vendía mucha publicación turística», señala. Contactó con una editorial de Barcelona -«una potencia mundial en temas de turismo»- que buscaba un reportaje sobre Ibiza y se presentó «con 20 planchas de diapositivas». «A partir de ahí estuve 22 años colaborando con ellos», señala, hasta que por la crisis la editorial, que le llevó a 26 países, «cerró el grifo».

Inicios en la fotografía aérea

Sus inicios en las fotografías aéreas fueron también en Ibiza, para hoteles. «Conocía a un piloto y a alguien que estaba metido en lo de los folletos, y nos lanzamos», dice, pero reconoce como anécdota que su primer reportaje lo tuvo que repetir y pagar de su bolsillo: «No era lo que el cliente buscaba y dije: ´Lo repito y punto´. Y pagué la avioneta, que era una pasta, y salió».

Se especializó en este tipo de fotografía, comercialmente «muy selectiva», puesto que «la mayoría de la gente no tiene acceso a hacerla», pero también cara por la necesidad de disponer de transporte aéreo, lo que hace que el fotógrafo agrupe los trabajos -muchos de seguimiento de obras públicas o «arquitectura desde el aire, básicamente de chalés»- y ni se le ocurre despegar si no tiene el proyecto cerrado. «Mi capacidad económica no llega a eso, y las fotografías creativas las hago en el ínterin entre un trabajo y otro. Si veo algo especial le digo al piloto: ´Baja, sube´», afirma.

Precisamente cuenta que las fotos publicadas recientemente en la revista digital de tendencias de arte argentina Mundo Flaneur -un referente para los creativos de sudamérica- no son trabajos comerciales, nadie se las ha pagado.

De los transportes que usa prefiere el helicóptero por ser el «más operativo, más maniobrable, que se puede hasta parar», aunque para su trabajo en Ibiza lo tiene que alquilar en Alicante o Mallorca y pagar 800 euros la hora. En la mayoría de localizaciones los ha tenido que buscar él, aunque a veces ha contado con gente en la producción que le ayudaban en esta tarea.

Su próximo trabajo aéreo lo hará este mes o el siguiente en Ibiza. Y en el horizonte vislumbra ya su siguiente proyecto, pegado a tierra esta vez: estará un mes en Argentina colaborando con una agencia de publicidad e impartirá un curso de fotografía de arquitectura, su otra gran especialidad.