­El Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB) ha confirmado la procedencia del despido de un hijo del hotelero ibicenco Fernando Ferré Cardó -para quien la Fiscalía solicita más de 81 años de prisión en el marco del caso GPS- como consecuencia de una «actuación de espionaje» encaminada a tomar conocimiento de lo que se trataba en una reunión del comité de dirección de la empresa en la que trabajaba.

La sentencia desestima así el recurso de suplicación que interpuso Fernando Ferré Garnacho, quien en octubre de 2011 fue despedido de la sociedad Go-Lam-Sec, perteneciente al grupo de empresas Playa Sol (GPS), que en la actualidad se encuentra en manos de administradores judiciales tras su detención, así como la de su padre por impulsar un entramado societario presuntamente dirigido a eludir sus obligaciones tributarias mediante la facturación de servicios inexistentes.

Una grabadora en la reunión

La resolución, dictada por la Sala de lo Social del máximo órgano judicial de Balears, señala cómo Fernando Ferré Garnacho participó junto a su hermano Joan, también empleado de la empresa demandada, a colocar una grabadora en la sala de reuniones de la mercantil, con el objetivo de captar el contenido del encuentro que iba a tener lugar entre el comité de dirección y los administradores judiciales. El dispositivo, sin embargo, fue descubierto por uno de los miembros del comité antes del inicio de la reunión.

Se trata de una actuación que, tal y como considera el tribunal, «supone un claro quebranto de la imprescindible confianza que debe existir en toda relación laboral» y constituye «una clara transgresión de la buena fe contractual al estar encaminada a tomar conocimiento de lo que se trataba en una reunión de carácter reservado».

No obstante, el demandante alegaba en el recurso que su rescisión de contrato se produjo en el contexto de una actuación de su hermano, cuyo despido también fue declarado procedente, y aseveró que en el desarrollo de sus funciones no incumplió las obligaciones derivadas de su relación laboral. Según recalcaba, sí acompañó a su hermano a retirar la grabadora, «sin que hasta ese momento conociese su actuación».

El trabajador que halló la grabadora reconoció las voces de los dos hermanos que estaban verificando si el dispositivo funcionaba correctamente, al comprobar su contenido junto al administrador judicial. «Ferré participó en la colocación», concluye la resolución.