­Más que una entrevista con Jesús Hermida lo que le conviene al rey Juan Carlos para endulzar su maltrecha imagen es subirse a una carroza y repartir caramelos a paladas. A la vista de los vítores que recibió Baltasar por lanzar gominolas como si tuviese aspersores en los brazos, la única monarquía que convence a todos por igual, pequeños y mayores, conservadores y progresistas, es la de los tres Reyes Magos de Oriente. Ayer desembarcaron en el puerto de Ibiza muy puntuales y dedicaron un buen rato a saludar a los niños que les fueron a recibir antes de subir a sus carrozas. El buen tiempo que acompañó el día propició uno de los recibimientos más multitudinarios que se recuerdan. Mucho antes, familias enteras y grupos de amigos tomaban posiciones en lugares estratégicos.

Un jinete abrió la comitiva con una exhibición de doma menorquina, que recogió numerosos aplausos en cada bot que hacía en su recorrido. Tras él, varios pajes con estandartes y las alumnas del Centro de Danza, que aparecían vestidas de blanco impoluto, con llamativos tocados luminosos en el pelo. También había hadas de los bosques, ya que la temática de la cabalgata de este año eran los cuentos clásicos.

Así, la primera carroza estaba dedicada a los relatos infantiles de toda la vida, con referencias y personajes de Peter Pan, Hansel y Gretel o Pinocho. Este último fue el gran protagonista de la fiesta, gracias a una marioneta gigante hecha exclusivamente de globos, que tenían que transportar varias personas para darle movilidad.

La siguiente carroza, también inspirada en el cuento de Pinocho, escrito hace nada menos que 130 años, estaba decorada con la ballena que aparece en el relato y que iba expulsando vapor a lo largo del recorrido.

Los nervios entre los más pequeños eran patentes al atisbar, justo a continuación, la carroza de Melchor acompañado de bailes orientales y rodeado de cúpulas y una decoración basada en el rojo. Cortejo y séquito deleitaron a los presentes con bailes protagonizados por Passion Dance.

Gaspar, a continuación, no escatimó en saludos y sonrisas a los niños, aunque parecía que ayer por la noche le incomodaba un poco su poblada barba.

Baltasar, por su parte, fue un año más el rey de la fiesta, el más vitoreado y aplaudido por su simpatía, desparpajo y su arte para lanzar caramelos a dos manos, con generosidad y energía.

Ofrenda al niño Jesús

Los tres Reyes Magos realizaron una parada en la iglesia del Rosario para hacer la ofrenda al niño y entregarle los cofres con oro, incienso y mirra, que según la tradición son los presentes que llevaron al pesebre de Belén cuando nació Jesús. El obispo Vicente Juan Segura ofreció la imagen del niño a Sus Majestades justo después de finalizar la misa en el templo. La alcaldesa de Ibiza, Marienna Sánchez-Jáuregui, y la concejala de Fiestas, Lina Sansano, tampoco se perdieron la ofrenda.

El recorrido finalizó en Vara de Rey, donde Sus Majestades se pararon a saludar y tomarse fotos con los pequeños. La alcaldesa de Ibiza dirigió unas palabras al público en las que no faltaron referencias al drama del paro. «Ustedes [en referencia a los Reyes Magos] me han comentado que muchos pequeños en sus cartas les han pedido un trabajo para sus padres. Soy consciente de que ustedes centran su labor en las peticiones de los niños y para los niños, pero estoy convencida de que ayudarán a que estos deseos se vayan haciendo realidad poco a poco», explicó Sánchez-Jáuregui, antes de dejar que Sus Majestades iniciasen la larga noche de reparto.

Los caramelos

UNA TONELADA Y MEDIA

Baltasar, el más generoso

Este año los Reyes y su séquito repartieron 1,5 toneladas de caramelos. Una tonelada fue adquirida por el Ayuntamiento de Ibiza y otra media tonelada, donada por el Banco Santander. Baltasar fue el que lanzó más caramelos y con más energía.